En una decisión que mezcla historia, memoria y controversia, México se encuentra inmerso en una misión de búsqueda y repatriación de los restos de Catarino Erasmo Garza Rodríguez, un predecesor destacado pero poco conocido de la Revolución Mexicana. El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), autor de un libro sobre Garza Rodríguez, ha encabezado este esfuerzo para traer de regreso los restos del revolucionario desde Panamá a México.
El 12 de diciembre, la Comisión de Defensa Nacional del Senado mexicano aprobó el despliegue de 20 soldados de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para colaborar en la búsqueda en la isla de Bocas del Toro, en Panamá. La misión, liderada por especialistas de la Comisión Nacional de Búsqueda de la Secretaría de Gobernación, tiene como objetivo encontrar y repatriar los restos de Garza Rodríguez.
A pesar de esta iniciativa, la senadora Laura Ballesteros se opuso durante la discusión en la comisión, cuestionando el uso de recursos de la Comisión Nacional de Búsqueda en misiones de esta índole, señalando la persistente problemática de desapariciones en México que requieren atención urgente.
Por otro lado, el senador Israel Zamora respaldó la decisión de enviar soldados a Panamá, argumentando que este acto honra la lucha y legado de Catarino Erasmo Garza, a quien considera menos reconocido en comparación con otros precursores de la Revolución Mexicana.
Catarino Erasmo Garza Rodríguez, nacido en Tamaulipas en noviembre de 1859, inicialmente trabajó como tipógrafo, pero su visión cambió tras su experiencia en Texas, donde conoció las condiciones laborales injustas. Se dedicó al periodismo y escribió numerosos textos denunciando a Porfirio Díaz por traicionar a México al permanecer tanto tiempo en el poder.
Enfrentándose al ejército de Díaz, Garza tuvo que huir de México debido a una recompensa de hasta 30 mil dólares por su cabeza. Se exilió en Centroamérica, uniéndose a un grupo de radicales exiliados en Costa Rica, y finalmente participó en ataques contra los cuarteles de Bocas del Toro en Panamá, donde falleció en 1895, presumiblemente depositando sus restos en una fosa común.
La misión actual busca recuperar y repatriar los restos del revolucionario, cumpliendo así la encomienda de AMLO para recordar y honrar su lucha en la historia de México.
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