Durante la reunión, López Obrador expuso tres casos de corrupción que han generado controversia en México. Uno de ellos fue la liberación de Rafael Caro Quintero durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, que el presidente criticó como un ejemplo de violaciones a la Constitución y falta de justicia, denominándolo un «sabadazo». También mencionó la liberación de otros individuos relacionados con el crimen organizado, como el hermano del líder del Cartel Jalisco Nueva Generación y el hijo del líder del Cartel de Santa Rosa de Lima.
El mandatario afirmó que la reunión con los legisladores estadounidenses fue positiva y en buenos términos, destacando la comprensión de estos sobre los esfuerzos de México para fortalecer sus instituciones judiciales y combatir la corrupción.
Las reformas al Poder Judicial han sido objeto de críticas tanto dentro como fuera de México, especialmente por la oposición política y algunos miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Cuestionan si las reformas podrían afectar la independencia judicial y la certeza jurídica en el país.
López Obrador concluyó reafirmando que las reformas buscan mejorar la justicia en México y que continuará trabajando en consolidar cambios significativos en el sistema judicial del país, mientras la discusión y el debate sobre estas reformas continúan en curso tanto a nivel nacional como internacional.