El plástico, uno de los contaminantes más persistentes y ubicuos en nuestro entorno, se ha convertido en una preocupación global debido a su impacto devastador en los ecosistemas terrestres y acuáticos. Sin embargo, la atención se está centrando cada vez más en una forma particularmente insidiosa de este material: los microplásticos.
Según la definición de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los microplásticos son diminutas partículas de plástico, no mayores a 5 milímetros, compuestas de polímeros y aditivos potencialmente tóxicos. A medida que el plástico se degrada en el medio ambiente, ya sea en océanos, ríos o suelos, se fragmenta en partículas más pequeñas, dando lugar a los microplásticos.
Aunque todavía hay mucho por investigar, ya se están reconociendo los posibles efectos adversos de los microplásticos en la salud humana. Se ha planteado la posibilidad de efectos respiratorios, endocrinos y cardiovasculares. Además, se ha señalado que estas partículas pueden ingresar al cuerpo humano a través de la inhalación, provenientes de fuentes como la abrasión de neumáticos, el desgaste de textiles sintéticos y la quema de basura.
Luis Francisco Sánchez, asesor regional de Salud, Ambiente y Cambio Climático de la OPS, enfatizó que el impacto de los microplásticos en el bienestar humano dependerá del grado y tipo de exposición, la ruta de ingreso al organismo y otros factores como el estado de salud y la nutrición.
Los microplásticos también representan una grave amenaza para la vida marina y los ecosistemas acuáticos en general. Los animales marinos, al ingerir estos residuos, pueden experimentar asfixia, cambios de comportamiento y alteraciones genéticas.
Aunque el tema de los microplásticos está ganando atención en la agenda pública y científica, aún queda mucho por comprender sobre su verdadero impacto en la salud humana y el medio ambiente. Por ello, la OPS está promoviendo la realización de estudios que brinden un mayor conocimiento sobre cómo estos residuos afectan a las personas y al entorno.
La proliferación de microplásticos representa una amenaza invisible pero significativa para la salud humana y el medio ambiente. Es urgente adoptar medidas para reducir su producción y mitigar sus efectos negativos a largo plazo.
Seguiremos informando.