La capital de San Luis Potosí paso de ser una ciudad señorial a convertirse en un chochinero lleno de puestos ambulantes. Atrás quedó la belleza de las calles coloniales y los edificios monumentales, ahora todo es restos de frutas y basura.
El problema del ambulantaje en la capital potosina se ha salido de control, las principales plazas del Centro Histórico lucen llenas de basura y puestos de vendedores ambulantes. En la plaza de Armas reconocida por sus edificios históricos llenos de belleza el piso se llena de restos de frutas, limones secos y servilletas usadas, mientras de fondo se escucha el tradicional grito de “llévele, llévele”.
Una situación que la administración actual no supo manejar y se les salió de las manos, con las campañas electorales en marcho no hay quien ponga un alto a los comerciantes sin licencia que se adueñan todos los días de las calles de la ciudad.
Los potosinos solo pueden esperar que el ganador de la próxima jornada haga algo para atender esta situación que afecta a los ciudadanos, comerciantes pero sobre todo a la imagen de la ciudad y el turismo.
Deja Rocío Zavala un cochinero en la Unidad del Centro Histórico
