Amado Nervo fue, quizá, el poeta mexicano más popular de la primera mitad del siglo XX, y aunque su imprescindible obra contrajo filias y fobias, la búsqueda constante de respuestas existenciales, un arrojo inconmensurable de emociones y la inédita musicalización y fuerza expresiva de sus metáforas produjeron un trabajo excepcional que para muchos sigue vigente.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), recuerdan este 27 de agosto el 150 aniversario del natalicio del poeta, cronista y narrador, autor de obras célebres como El bachiller (1895), Perlas negras (1898) y Místicas (1898).
En el marco de la campaña “Contigo en la distancia”, el viernes 27 de agosto, a partir de las 9:00 horas se difundirán tres videos en el marco del 150 aniversario de Amado Nervo, a través de la plataforma contigoenladistancia.cultura.gob.mx, las redes sociales de la Secretaría de Cultura, el INBAL, y la CNL en Twitter (@literaturainba) y Facebook (/coordinacion.literatura.mx/).
Un primer video es protagonizado por la poeta Queta Navagómez, quien recita Vieja llave, poema de Amado Nervo que desmaterializa a dicho objeto para convertirlo en testigo de viejas glorias y presentes penas. El segundo videoclip corre a cargo del escritor Carlos Martínez Plata, quien declama el XI poema incluido en la obra estelar de Nervo, Perlas Negras. En un tercer vídeo, una voz de fondo recita su lírica mediante una secuencia visual de libros, imágenes y dibujos que retratan la trascendencia del escritor nayarita.
En entrevista, la poeta nayarita Queta Navagómez menciona que la obra de Amado Nervo estuvo influenciada por la lírica modernista de escritores como Manuel Gutiérrez Nájera (y su revista Azul), Luis G. Urbina, José Juan Tablada, Balbino Dávalos, quienes a su vez fueron atrapados por el trabajo de Rubén Darío: “Como poeta su obra es rica en metáforas, musicalización, pasión lírica y fuerza expresiva, luminosa y oscura”, explica.
La ganadora del Premio Bellas Artes de Novela José Rubén Romero 2008 habló sobre la popularidad que goza y gozó su coterráneo, a quien describe como un escritor “prolífico” que tocó todos los temas, desde el amor, la soledad y la esperanza, hasta lo sobrenatural, creando una conexión con sus lectores: “Muchas de las preguntas que él trataba de responderse en su poesía, también se las hacía el lector”, afirma.
La autora de Destiempo (2004) considera vigente la obra de Nervo, incluso en la actual pandemia generada por el COVID-19: “Yo difundí poemas de La amada inmóvil (1922) que, por la epidemia que padecemos, se volvieron actuales, muchos de los que nos escucharon están en la situación de añorar a seres entrañables que en cuestión de días se marcharon”, comenta.
El escritor Pavel Granados refiere que Amado Nervo tuvo dos grandes maestros confesos que fueron Manuel Gutiérrez Nájera y Rubén Darío, y que cruzó por tres facetas como escritor: “Hay un Nervo simbolista, un Nervo supuestamente hecho de sinceridad, otro más que intentó los versos cívicos y nacionalistas, pero todos ellos están atravesados por un hecho definitivo: la muerte de su esposa Ana Cecilia Dailliez –la amada inmóvil–, lo cual parte en dos su obra: la realizada antes de París, de cosmopolitismo, de cierto sensualismo, y la posterior, construida de sinceridad, de sufrimiento y estoicismo”, explica.
En entrevista, contrasta las duras críticas que recibió Amado Nervo por parte del grupo de Los Contemporáneos, con la gran aceptación que logró con público primordialmente femenino: “De algún modo su voz, que hablaba a los sentimientos más íntimos de sus lectoras (él sabía que lo leían sobre todo mujeres) fue determinante. Fue una especie de confesor de multitudes. En ese sentido, sus efectos no se han borrado hasta hoy. Esa sensación de confianza ante sus obras, sus cuentos, sus poemas y sus crónicas, no deja de tener sus emanaciones”, refiere.
Pavel Granados califica a Nervo como “un pionero de la ficción, un descubridor de Sor Juana, un soñador que hizo de la ciencia un ingrediente más de sus ensoñaciones”.