Comer adecuadamente es fundamental para lucir una piel radiante. Una alimentación inadecuada que contiene altas cantidades de grasas, azúcares refinados y ciertos aditivos alimentarios pueden perjudicar la salud de la piel. En contraste, una ingestión adecuada de agua, una dieta rica en antioxidantes y en general una dieta correcta son puntos esenciales para revitalizar la piel.
Una nutrición adecuada está estrechamente relacionada con mantener la piel en óptimas condiciones. Aunque comúnmente se puede llegar a pensar que solo los hábitos inadecuados de alimentación pueden causar daño en la piel, en realidad, la ingestión de una dieta correcta es esencial para su reparación y regeneración.
Las frutas y las verduras son importantes en la dieta debido a su contenido de polifenoles, polisacáridos, fibra, vitaminas, minerales, pigmentos naturales y antioxidantes, que son componentes que actúan como protectores de la piel y ayudan a mantenerla radiante previniendo los problemas de acné, manchas y la aparición de líneas de expresión.
Los carotenoides son pigmentos naturales que se encuentran en muchas frutas y verduras y tienen propiedades antioxidantes. Estos ayudan a proteger la piel de los daños causados por los radicales libres, que son moléculas dañinas generadas por la exposición al sol y contaminantes. El betacaroteno es el carotenoide más conocido y se encuentra en alimentos como zanahoria, brócoli, piña, pimiento y espinaca. Su función es relevante porque se convierte en vitamina A y ésta es indispensable para la producción de colágeno y elastina, ambas son proteínas que ayudan a mantener la piel firme y con elasticidad, con lo que se puede retrasar la aparición de arrugas y combatir los signos del envejecimiento.
Los ácidos grasos como el omega 3 y el omega 6 deben ser consumidos directamente de los alimentos porque el cuerpo no los produce. Los omega 3 se encuentran presentes en pescados como salmón, trucha y sardina, en las nueces y en la chía, mientras que los omega 6 se encuentran en aceites vegetales, semillas y frutos secos. Estos juegan un papel importante para reducir la inflamación de la piel.
Las grasas trans que se encuentran comúnmente en los alimentos procesados originan la elevación del colesterol y los triglicéridos, consumir productos altos en este tipo de grasas pueden estar acelerando el envejecimiento de la piel y la pronta aparición de arrugas. Se recomienda incrementar el consumo de grasas saludables que se encuentran en las semillas, nueces, almendras y pescado, que en general son mejores para la piel.
La función principal de los carbohidratos es dar energía al cuerpo humano, pero es importante optar por los más saludables que se encuentran disponibles en frutas, tortillas, maíz, arroz integral y pastas. Los azúcares refinados provenientes de los dulces, bebidas azucaradas y alimentos procesados pueden contribuir a la aparición de acné.
Los aditivos alimentarios son sustancias que se añaden a los alimentos durante su procesamiento para mejorar su sabor, color o incluso como conservadores, y en la actualidad existen más de 25 mil aditivos que se utilizan en la industria alimentaria. El consumo excesivo de estos ingredientes puede ocasionar problemas de salud incluyendo la aparición de erupciones cutáneas en la piel.
El envejecimiento, las enfermedades y las condiciones ambientales son los principales factores que alteran significativamente el comportamiento de la piel. La piel puede reflejar el estado general de salud de una persona. Por eso, una dieta equilibrada es crucial para mantener una buena salud general y el correcto funcionamiento del cuerpo, incluida la piel.
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