Para evitar Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) las mujeres deben evitar el consumo de alcohol durante el embarazo, ya que el alcohol en la sangre de la madre pasa al bebé a través del cordón umbilical, los daños afectan de forma diferente a cada persona y pueden ser desde leves hasta graves, como: dificultad para aprender y memorizar, un nivel de actividad más alto de lo normal (hiperactividad), dificultad para prestar atención, retrasos en el habla y el lenguaje, bajo coeficiente intelectual (CI, o IQ en inglés), capacidad de razonamiento y juicio deficientes, y deficiencia en el crecimiento.
No hay una cantidad segura de alcohol que la mujer pueda tomar durante el embarazo ni mientras esté tratando de quedar embarazada, cualquier bebida que contenga alcohol puede afectar al bebé en cualquier etapa del embarazo. En México y en otros países, el consumo de alcohol es uno de los grandes problemas de salud pública, sobre todo en personas en edad reproductiva, la tendencia en el país de inicio para el consumo de alcohol que comprende entre los 18 a 25 años, en los hombres es de 33% y en el caso de las mujeres es de 38.9%.
Los TEAF se consideran una de las principales causas prevenibles de retraso en el desarrollo con una estimación de 119.000 niños nacidos cada año con síndrome alcohólico fetal (SAF) en el mundo. En la Ciudad de México un estudio reciente revela que el 57.5% de las mujeres ingirió alcohol durante algún momento de su embarazo lo que se asoció con prematurez y recién nacidos con bajo peso con porcentajes de 13.7%, además de abortos espontáneos (12%), anomalía congénita (6.8%) y muerte fetal (5.5%). En nuestro entorno la prevalencia del TEAF es, aproximadamente, del 0,1% entre los recién nacidos de la población general.
Actualmente la Ley General de Salud, así como la Ley de Salud del Estado de San Luis Potosí, contemplan programas contra el alcoholismo y el abuso de bebidas alcohólicas, encaminadas a las acciones de prevención y tratamiento de educación sobre los efectos del alcohol en la salud y del fomento de actividades cívicas, deportivas y culturales. No existe una cura para los trastornos del espectro alcohólico fetal, pero los estudios indican que una intervención temprana puede mejorar el desarrollo del niño.