En los últimos años, el consumo de agua mineral se ha popularizado, siendo elegida por su frescura y su burbujeante sabor. Sin embargo, esta bebida también ha generado debate: ¿es realmente saludable o podría ser perjudicial para el cuerpo? Analicemos qué dicen los expertos.
¿Qué es el agua mineral?
El agua mineral es una bebida natural que contiene minerales disueltos, como calcio, magnesio y sodio, los cuales pueden variar según el lugar de origen. A diferencia del agua potable, el agua mineral puede tener gas de manera natural o bien puede ser carbonatada artificialmente para darle su característica efervescencia.
Beneficios del agua mineral
- Hidratación: Al igual que el agua regular, el agua mineral ayuda a mantener el cuerpo hidratado, cumpliendo con una de sus principales funciones.
- Aporte de minerales: Los minerales presentes en el agua mineral, como el magnesio y el calcio, son esenciales para la salud ósea, muscular y cardíaca.
- Alternativa refrescante: Para aquellos que prefieren bebidas gaseosas, el agua mineral se presenta como una opción más saludable, ya que generalmente no contiene azúcar ni calorías.
¿Puede ser dañina?
Aunque el agua mineral tiene varios beneficios, existen preocupaciones sobre su consumo:
- Exceso de sodio: Algunas marcas de agua mineral contienen niveles elevados de sodio, lo cual podría ser perjudicial para personas con hipertensión o enfermedades renales. Si bien no todas las aguas minerales son altas en sodio, es recomendable revisar la etiqueta.
- Acidez: El agua mineral carbonatada tiene un pH ligeramente ácido debido al dióxido de carbono, lo que puede afectar el esmalte dental si se consume en exceso. Sin embargo, el riesgo es bajo en comparación con bebidas azucaradas o ácidas, como refrescos o jugos artificiales.
- Problemas digestivos: En personas con tendencia a padecer gases o distensión abdominal, el consumo de agua con gas puede empeorar estos síntomas. No obstante, para muchas personas es un problema leve o inexistente.
En general, el agua mineral no representa un riesgo significativo para la mayoría de las personas y puede ser una opción saludable de hidratación. Para quienes tienen restricciones de sodio o problemas digestivos, conviene optar por opciones bajas en sodio o sin gas. Como en muchos otros temas de salud, la clave está en el consumo moderado y en seleccionar productos que se adapten a las necesidades individuales.