Cansados de tanta sandez que gritan en las protestas, mitines y zafarranchos que se organizan a favor de Xavier Nava, Gobierno del Estado decidió adiestra a los sicarios al servicio del alcalde a fin de que se les entienda y que hagan un papel más o menos decente en los movimientos “sociales”.
El pasado fin de semana Carlos Romero, director de Desarrollo Político, dependiente de Alejandro Leal Tovías, secretario General de Gobierno, citó a los sicarios de Nava para que recibieran un curso de primerísimo nivel que impartieron los directores de Comunicación Social de Gobierno del Estado y del Congreso del Estado, Raúl Camacho y Eduardo Marceleño, respectivamente, para enseñarles las artes de la comunicación. Fallaron.
A la cita acudieron Juan Chessani, Arturo Pérez, Pedro Torres, Daniel Menchaca, José Luis Menchaca, Paola Chessani y otros, por un momento revivieron sus fallidos tiempos de escuela en la que no aprendieron absolutamente nada.
Raúl Camacho, con sus años a cuestas y Eduardo Marceleño, con la conciencia de que falló como jefe de comunicación de los diputados a los que no ha presentado una sola estrategia de posicionamiento, fueron los encargados de capacitar a los sicarios de Nava.
Oratoria, dicción, hilar ideas, pronunciación, respiración, postura, comprensión, gritar con un sentido y un propósito, nada les entró, todo se lo llevó el viento, los educandos no entendieron nada o los maestros no supieron explicarse.
La reunión entre los fuertes de la comunicación sirvió para asegurarle un “huesito” al primogénito de Lalo, que desde ya cobra su puntual quincena en la dirección de Comunicación Social de Gobierno del Estado, aunque, a decir de los testigos, el hijo de papi ni de eso se ha enterado.
Por su parte los sicarios del navismo hicieron hasta lo imposible por no dormirse ante las soporíferas explicaciones de los maestros de la comunicación. El sexagenario Chessani equilibró de tal forma su voluminoso vientre que al menor movimiento por aflojamiento del cuerpo debido al sueño se alertaría y despertaría. La panza es lo que le ha impedido liderar los mítines de choque, ya que al verse imposibilitado de correr a la primera provocación, prefiere quedarse en la retaguardia avisando si hay que correr, por lo que su hija ha tenido que salir al quite.
Ella, Paola, también asistió al curso. Tampoco aprendió nada. Recordó sus tiempos de prepa, esos cuando el papá tenía que pedir el favor de que la aceptaran en una prepa, y en otro, y en otro, y en otra más, porque la revoltosa fue expulsada de todos lados no por burra, de esas hay muchas, sino por problemática y desadaptada, además porque en busca de un 6 coqueteaba con los profes que más bien le tenían asquito porque su aberración al agua y al jabón.
También se dieron cita Luis Menchaca mejor conocido como “el Gory” y su hijo, quienes se hicieron de dinero gracias a amenazar a comerciantes ambulantes a los que les cobran derecho de piso a cambio de una supuesta protección para vender en la vía pública.
Los Menchaca sueñan con dar el brinco y pasar al bando de los “fifís”, sin embargo, además de que no tienen el dinero suficiente para tal etiqueta, les falta la percha, ya que el oficio de torteros se les impregnó en el ADN. El único tortero que dio el brinco a las grandes ligas fue “el Rey”, quien con su mítico camioncito rojo fundó imperio de las tortas gourmet, los Gorys son una mera copia que acumulan demandas por violación, abuso sexual, extorsión, amenazas y lo que resulte, todas duermen el sueño de los justos en la Fiscalía General del Estado.
Otro que también colecciona demandas y que también se quiso refinar en el arte de la protesta pública es Pedro Torre de Pueblo Libre, pero tampoco aprendió nada.
La gran ausente, dicen, fue la Ere, quien no acudió, no por que no necesite la dirección de los comunicólogos, sino porque estaba analizando los candados del nuevo billete de la décima musa que fue devaluada a los comunes billetes de 100 pesos, para tener listo su clon apenas el Banco de México saque el primero al mercado.
Lo cierto es que el curso de comunicación de poco sirvió a los educandos, que están acostumbrados al encontronazo, al grito estratosférico, a las cachetadas, al los puñetazos y luego del coyotito que se echaron con la soporífera voz de los comunicadores, al salir, luego de una mentada que dirigieron a los maestros, se dijeron, no entendí, yo mejor suelto chingazos.
Por su parte los maestros de la comunicación, se vieron con satisfacción, sintieron que el aporte al movimiento navista fue trascendental. Los señores, influencer, no son. En Gobierno del Estado no atinan a adecuarse a los nuevos tiempos, continúan enviando el material al anochecer, para que sea considerado para las ediciones impresas que se preparan en la noche, sin pensar que el internet ha vuelto dinámico el quehacer informativo, ahora la noticia se da al momento, porque mañana en el impreso no lo lee nadie.
Por su parte Comunicación del Congreso no puede defender a sus 27 jefes. En los mismos boletines se los chin…an, y ni el jefe ni el personal del área son capaces de llamar a los periódicos para pedir consideraciones a favor de los legisladores.
Por lo pronto los potosinos sabemos ahora que nuestros impuestos se están gastando en capacitar a los sicarios de Xavier Nava, quien sueña con la gubernatura en el 2021, pero que cada vez se ve más lejana.
