
Si de por sí el nombre de Rosa Icela Rodríguez Velázquez ya sonaba bastante durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, con la llegada del llamado «segundo piso de la Cuarta Transformación» se convirtió en el ajonjolí de todos los moles tras confirmarse su designación como titular de la Secretaría de Gobernación. De ahí, no ha parado de mencionarse, tanto, que hay quienes ven en ella el perfil más que adecuado para que sea la próxima gobernadora de San Luis Potosí, su tierra natal.
Es cierto, como funcionaria, no se ha visto que haga mucho por San Luis, pero se debe reconocer que ha tenido encomiendas importantes y muchos otros temas que atender. Algunos dicen que, por sus instrucciones directas, es que se han enviado helicópteros para lidiar con los incendios forestales que azotaron a la Huasteca, pero todo queda en rumores.
Aunque muchos le restan mérito por la relación tan cercana que, desde hace muchos años, ha tenido con López Obrador, lo cierto es que Rosa Icela es una mujer inteligente, estratega, visionaria. Sí, con sus errores, pero también es verdad que ha hecho lo que ha podido con lo que le han dado y hasta donde le han permitido.
Esta semana, tras la muerte del Papa Francisco, su nombre volvió a cobrar relevancia porque será ella quien lleve la representación de todo un país, México, al Vaticano. La secretaria federal formará parte del grupo selecto, proveniente de todo el mundo, que le dará el último adiós al Santo Padre. Muchos minimizarán el hecho, pero es un asunto de dimensiones mayúsculas que, bien que mal, la reposiciona y la convierte en un referente importante de la política mexicana.
Rosa Icela es un perfilazo, eso no se duda. Su mayor problema es el partido del que forma parte, porque ella podrá tener mucho trabajo y estar bien posicionada a nivel nacional, pero, en San Luis Potosí, Morena no ha logrado crecer como se esperaría; sus líderes viven a expensas de lo que se logre en cascada, tal como ha sucedió en 2018 y en el 2024.
Por lo pronto, éxito para la paisana en tan honrosa representación.
Cavilaciones:
Primera: En Matehuala, la Cruz Roja oferta las ambulancias más caras: 10 mil del águila por un traslado a San Luis Potosí. Las instituciones de salud no pudieron conseguir una para trasladar a un niño de 12 años que sufrió un accidente en motocicleta. El pequeño perdió la pierna. El Ayuntamiento ofreció a la familia la renta de una ambulancia, propiedad del Municipio, en la módica cantidad de siete mil pesos. Dios les cobre al triple por su avaricia y negligencia.
Segunda: Ayer, la delegación del Infonavit realizó una jornada de Promoción y Servicio en Matehuala para ayudar a los derechohabientes a obtener su crédito para obtener una vivienda. Francisco Adán Romero Esparza es uno de los poquísimos delegados del Gobierno Federal que hace bien su trabajo ¡Miau!
Tercera: El lío legal por la ampliación del Río Santiago se va a poner color de hormiga. La Seduvop dice que no le han notificado, pero Cambio de Ruta aprovecha para llevar agua a su molino. En esto de la grilla, el más chimuelo masca riel ¡Tsss!
Maullido: A propósito de potosinos en El Vaticano, el párroco de Santa María del Río, Efraín Moreno Aguirre, ha viajado a Roma para estar en los funerales del Papa Francisco. Efraín es un experto en liturgia y ha sido testigo de la historia católica. Le tocó la renuncia del Papa Benedicto XVI y luego la elección de Francisco ¡Suerte, Cletito!