
En los rincones del Barrio San Juan de Guadalupe se cocina, cada año, la representación viviente de la Pasión de Cristo: el viacrucis tradicional que conmemora el día en que Jesús fue crucificado. Pero este es especial. ¿La razón? Es el segundo más antiguo y significativo de todo México, solo por detrás del monumental que se realiza en Iztapalapa, Ciudad de México.
En el Barrio San Juan de Guadalupe, los encargados de llevar a cabo esta obra comienzan a reunirse desde el mes de enero. Durante esos días se encargan de coordinar, ensayar y preparar todo lo relacionado con la representación.
Jesús Medina Álvarez, director de la Pasión de Cristo, lleva casi 20 años a cargo del grupo que realiza la obra. A lo largo del tiempo, ha enfrentado retos tanto sociales como económicos para concretarla, y ha visto pasar a cientos de actores y voluntarios que participan por diferentes motivos.
Retos políticos y religiosos
Medina Álvarez comenta que, durante los últimos años, han enfrentado dificultades económicas debido a la falta de recursos para conseguir material tanto escenográfico como humano. La carencia de apoyo por parte de instituciones culturales ha limitado y reducido la calidad de la obra. En ocasiones, incluso los propios padres que pasan por el templo de San Juan de Guadalupe niegan su apoyo, con el simple argumento de que “a ellos no les gusta eso”.
La personificación de Cristo
Jesús Márquez es el encargado de dar vida a Cristo en la Pasión Viviente. A los 13 años ingresó por primera vez al templo y al grupo de actores, interpretando distintos papeles como soldado, miembro de la turba y verdugo. Fue hasta los 16 años que interpretó por primera vez a Cristo, papel que ha desempeñado durante los últimos 14 años. Es el Cristo más joven en la historia del barrio y ha logrado representar tanto la resurrección como las parábolas.
Márquez contó que, durante una de sus actuaciones en el viacrucis, la gente pudo observar que, mientras era crucificado, en el cielo se formó una cruz, lo cual fue visto como algo extraño, pero profundamente conmovedor.
Los sentimientos de María
Uno de los papeles más importantes es, sin duda, el de María, madre de Jesús. En San Juan de Guadalupe, este personaje es interpretado por Karla Mata. Ella nos compartió su travesía y cómo ha cambiado con el paso del tiempo desde que ingresó al grupo a los 10 años. Karla ha interpretado varios papeles: miembro de la turba, Claudia, acompañante de Pilatos y, finalmente, María.
Karla cumple ocho años interpretando a María. En ese tiempo, ha compartido preparación y escenario con distintos intérpretes de Jesús. Resaltó que los tres meses de ensayos exigen un gran nivel de concentración y sacrificio, además de presentar nuevos retos. Sin embargo, siempre mantienen claro el sentido espiritual y sentimental de la obra, así como la importancia de compartir el mensaje religioso y difundir los valores que vivieron cada uno de los personajes en su momento.
Esta es una de las tradiciones más antiguas de México y, para los residentes del Barrio San Juan de Guadalupe, es fundamental preservarla, para que tanto las nuevas como las antiguas generaciones mantengan viva la identidad de su hogar.
Seguiremos informando.