
En un impresionante viaje al pasado, la paleontología nos presenta al Quetzalcoatlus northropi, considerado el animal volador más grande que haya existido en la historia de la Tierra. Este colosal pterosaurio surcó los cielos entre 68 y 66 millones de años atrás, en los últimos días del periodo Cretácico.
Una reciente recreación compara a este gigante con un ser humano promedio de 1.80 metros de altura, y el contraste es simplemente asombroso. Con una envergadura estimada de hasta 12 metros y una altura similar a la de una jirafa cuando caminaba sobre sus patas, el Quetzalcoatlus se impone como una de las criaturas más impresionantes del registro fósil.
A pesar de su apariencia similar a la de un reptil volador, no era un dinosaurio, sino parte del grupo de los pterosaurios, los primeros vertebrados en conquistar el aire. Su nombre rinde homenaje a Quetzalcóatl, la serpiente emplumada de la mitología mesoamericana, y al ingeniero de aviación John Northrop, pionero en el desarrollo de aeronaves de alas largas y delgadas.
Estos animales probablemente eran cazadores oportunistas, capaces de recorrer grandes distancias planeando gracias a sus enormes alas, y aterrizar para alimentarse de pequeños vertebrados y carroña.
Seguiremos informando.