Enclavado entre los últimos vestigios del bosque de niebla, el Parque Los Tacajetes se revela como un remanso natural en medio de la capital veracruzana. Con una riqueza única en flora y fauna endémica de la región, este espacio ofrece a los visitantes una experiencia sensorial de contacto directo con la naturaleza.
El parque, cuyo nombre proviene del náhuatl tlacaxitl que significa cajete o vasija de piedra, se encuentra formado sobre una depresión natural que oculta un auténtico tesoro subterráneo: un manantial de agua dulce que alimenta los antiguos acueductos, piscinas artificiales y canales que cruzan el lugar. Este sistema hídrico, además de ser una joya ecológica, ha sido parte fundamental del paisaje xalapeño por generaciones.
Caminar por Los Tacajetes es adentrarse en un espacio de serenidad y frescura. Sus veredas empedradas guían al visitante entre árboles centenarios, helechos, neblina suspendida y sonidos naturales que invitan a la contemplación y el descanso. Ya sea para un paseo familiar, un respiro del bullicio citadino o una comida campirana al aire libre, el parque es ideal para desconectarse y reconectar con el entorno.
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