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Dolor muscular tras el ejercicio ¿progreso o advertencia?

Entre quienes practican ejercicio físico persiste la idea de que terminar adolorido después del entrenamiento es sinónimo de haber tenido una sesión efectiva. Sin embargo, especialistas en fisiología del ejercicio advierten que el dolor no siempre representa progreso, y mucho menos es un objetivo a perseguir.

El malestar que aparece uno o dos días después de ejercitarse, conocido como dolor muscular de aparición tardía, suele estar relacionado con pequeñas lesiones en las fibras musculares. A medida que estas se reparan, los músculos se fortalecen, pero los expertos insisten en que esta sensación no es indispensable para el crecimiento ni para la mejora del rendimiento físico.

De hecho, muchas personas que entrenan con regularidad experimentan poco o ningún dolor y aun así siguen desarrollando fuerza y resistencia. Esto se debe a que los músculos se adaptan a las rutinas, haciéndose más eficientes frente al esfuerzo.

Los especialistas recomiendan medir el progreso físico observando otros indicadores, como la capacidad para levantar más peso, mantener mayor tiempo una actividad cardiovascular o percibir cambios visibles en el cuerpo. Usar el dolor como única referencia puede ser contraproducente, ya que el malestar constante o intenso puede provocar lesiones o afectar el desempeño.

Si tras una rutina se presenta dolor leve, es válido continuar con el ejercicio, pero a menor intensidad. Actividades como caminar, nadar o hacer yoga pueden ayudar a mejorar el flujo sanguíneo y aliviar la rigidez muscular. Por otro lado, si el dolor es más fuerte o limita el movimiento, lo recomendable es tomar un descanso y permitir que el cuerpo se recupere.

También existen estrategias para aliviar el malestar, como masajes, uso de prendas de compresión, baños de agua fría o incluso medicamentos antiinflamatorios en casos más severos. Además, mantenerse hidratado es clave para prevenir calambres y facilitar la recuperación.

Los especialistas advierten que, en casos extremos, si hay dolor muy intenso, debilidad muscular severa o cambios en la orina, podría tratarse de una condición seria como la rabdomiólisis, que requiere atención médica urgente.

La conclusión de los expertos es clara: escuchar al cuerpo y entender sus señales es más importante que buscar a toda costa una sensación de agotamiento físico. El ejercicio debe ser constante, seguro y adaptado a las capacidades individuales para obtener beneficios duraderos sin poner en riesgo la salud.

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