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En las serpenteantes y solitarias carreteras que conectan Monterrey con Saltillo, circula una de las leyendas más escalofriantes del norte de México: la historia de la Muerta de la Carretera.
Se dice que, en las noches más oscuras, los conductores que transitan por esta vía pueden encontrarse con una misteriosa mujer vestida de blanco. Aparece en la orilla del camino, con el rostro pálido y el cabello largo y desaliñado, haciendo señas desesperadas para que alguien detenga su auto.
Quienes se han atrevido a ofrecerle un aventón aseguran que la mujer sube al vehículo en completo silencio. Al avanzar unos kilómetros, justo al llegar a una curva pronunciada conocida por los accidentes fatales que allí ocurren, la pasajera rompe el silencio con una voz helada: “Aquí fue donde morí”.
En ese instante, la mujer desaparece sin dejar rastro, dejando a los conductores aterrados y muchas veces al borde de perder el control del vehículo.
La leyenda cuenta que esta aparición es el espíritu de una joven que falleció en un trágico accidente automovilístico décadas atrás. Algunos lugareños creen que su intención no es causar miedo, sino advertir a los viajeros sobre el peligro de esa curva maldita.
A pesar de los años, la historia sigue viva, alimentada por nuevos relatos de quienes aseguran haber visto a la Muerta de la Carretera. Muchos conductores prefieren evitar esa ruta de noche, mientras que otros llevan consigo un rosario o amuletos para protegerse de cualquier encuentro paranormal.