
Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes fueron presentados ante un tribunal federal en Brooklyn, Nueva York, tras ser expulsados de México. Ambos se declararon no culpables y permanecerán encarcelados en espera de sus juicios, programados para finales de marzo. Si son hallados culpables, podrían enfrentar cadena perpetua o la pena de muerte.
El gobierno estadounidense calificó su captura como un «triunfo histórico». En particular, se destacó la importancia del caso de Caro Quintero, a quien responsabilizan del asesinato del agente de la DEA, Enrique «Kiki» Camarena, ocurrido hace casi 40 años.
A diferencia de una extradición formal, la entrega de los capos y otros 27 presuntos narcotraficantes fue catalogada como «expulsión» por las autoridades estadounidenses, un mecanismo que evitó los procesos legales habituales.
Los acusados fueron trasladados a distintas jurisdicciones en EE.UU., donde enfrentarán cargos relacionados con el narcotráfico y violencia. Sin embargo, sigue sin esclarecerse bajo qué marco legal exacto se realizó su traslado.
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