Ya no tardan en decir que es la Maldita Herencia quien quiere frenar la instalación de la Universidad Rosario Castellanos en el recinto que actualmente ocupa la ETI y la Tipo 21 de Agosto. Ya no tardan. Estoy seguro. Pero cualquier cosa que puedan decir carecerá de fundamento; la demanda de los padres de familia y de los alumnos es legítima, muy válida y debe respetarse. Lo que estamos viendo en esta rebelión no es otra cosa más que el resultado de una mala gestión de Juan Carlos Torres Cedillo, secretario de Educación, que, a la brava, sin consulta y en un intento por querer entregar buenas cuentas, creyó que podría hacer de las suyas y pisotear los derechos de toda una comunidad educativa.
La posible llegada de la Universidad Rosario Castellanos a territorio potosino ha generado mucho revuelo, un alboroto, y no ha sido del todo bueno. La manera en que han manejado el tema las autoridades educativas ha sido de lo más cochina, sucia, grosera. Y miren que a San Luis Potosí le hacen falta instituciones dedicadas a la formación de estudiantes, pero no de esta manera. Así no. Incluso, los padres de familia han dejado claro que no se oponen a la Universidad, lo que reclaman es que quieran arrebatarles el espacio en el que se han desarrollado para dárselo a un nuevo proyecto.
En esencia, nadie rechaza que la Rosario Castellanos llegue a las tierras del Potosí, pero eso no quiere decir que estemos convencidos de que será un buen proyecto, que tendrá éxito o que cumplirá con todos las promesas que se han hecho. Es que, la verdad, esos proyectos educativos de la 4T nomás no han sido efectivos (bueno, de educación, de salud, de economía y de un largo etcétera). La Universidad Benito Juárez es un claro ejemplo del fallido esquema.
Da la impresión de que don SEGE, Juan Carlos, cree que la Rosario Castellanos será una universidad de altísimo prestigio de la noche a la mañana. Por favor ¡Qué ingenuo! Ni solucionará los problemas que tiene San Luis en materia educativa ni habrá una fila de millones de jóvenes queriendo cursar sus programas académicos como quien quisiera entrar a un concierto de la Arena Potosí. La SEGE ni siquiera tiene un estimado de cuántos potosinos estarían interesados en ingresar. Y una cosa debe tener clara: No le va a quitar alumnos a la UASLP. No podrá.
Hay rumores de que, en un perverso plan, están tratando de quitarle calidad a la Universidad Politécnica para que los jóvenes ya no la vean como una opción seria y contemplen a la Rosario Castellanos como una opción seria. Mal haría mi amigo Néstor si deja que eso suceda.
Gobierno del Estado no debe dejar que la llegada de la Universidad Rosario Castellanos sea un motivo para pisotear los derechos de los niños y jóvenes potosinos. No conviene que se despierte el tigre.
Cavilaciones:
Primera: Los chismogatos me platicaron que Carlos Arreola, padre del diputado de Morena, Carlos Arreola Mallol, se pavonea como reina en el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial. El cargo se lo debe a su hijín, Carlitos, al que ya le conocen como «El Pedinche» en la Secretaría General de Gobierno ¡Miau!
Segunda: A propósito de diputados, entre los morenistas comentan con morbo que la diputada Jessica Gabriela López Torres dice fuerte y quedito que será candidata a gobernadora por Morena, porque forma parte de los acuerdos que hicieron, ella y su esposo, el aún delegado del Bienestar, Guillermo Morales, cuando traicionaron a Gabino Morales. Este felino no cabe de la impresión.
Tercera: El Colegio de San Luis está cumpliendo 28 años. El presidente, David Vázquez Salguero, ha hecho un recuento de la historia de esta institución de educación superior. Que cumpla muchos, pero muchos años más ¡Maullidos festivos!
