Después de estar algunos días internado en un hospital de la ciudad el ex futbolista profesional, y todo un referente de San Luis Potosí en las décadas de los 60s y 70s Toño Carrizales ha dejado esta vida terrenal.
Luego de dejar el futbol profesional siempre estuvo ligado a su deporte como entrenador de alguna escuelas de futbol, así como de equipos de la ciudad buscando siempre apoyar a los nuevos talentos.
Carrizales o Carrizos como cariñosamente le llamaban sus amigos y conocidos con los que empezó a escribir la historia del futbol de Primera División, ellos se ganaron un lugar en la historia de San Luis.
Toño, ascendió con el San Luis en un proceso meteórico bajo la dirección del también fallecido Salvador Reyes.
Fue vendido al Unión de Curtidores donde terminó su carrera. Fue director técnico de varios equipos tanto en profesional como en amateur.
En los últimos torneos en los que se le vio dirigiendo fue en la Copa Gobernador, y después en la Copa Potosí donde se le veía el gran amor que le tenía al deporte de sus amores como era el futbol.
Acompañado de jugadores como David Hernández, Julio Valadez y Marino Guevara, entre otros, Carrizales fue protagonista de una de las hazañas más importantes no solo del fútbol potosino, sino del deporte mexicano, al lograr el ascenso de la tercera a la segunda y finalmente a la primera división en temporadas consecutivas. Su habilidad en el campo y su entrega al equipo lo convirtieron en un ícono para la afición local, dejando una huella imborrable en la historia del club.
Carrizales, quien debutó a los 16 años con el Santos de San Luis, sumó 24 goles en su carrera profesional, destacando en las tres divisiones del fútbol mexicano. Tras su retiro a los 29 años, se dedicó a la formación de nuevas generaciones de futbolistas, siendo auxiliar técnico en varios equipos, incluido el Atlético Potosino y la Real Sociedad de Zacatecas. Su legado como jugador y formador perdurará en el corazón de todos los que lo vieron brillar en la cancha.
Antonio Carrizales Nava, nacido en el barrio de Tlaxcala en la capital Potosina, uno de los primeros ídolos populares de los aficionados de San Luis Potosí.
Era extremo derecho, hábil, rápido, de buena técnica individual, cobrador de los tiros libres y de esquina, también solía hacer goles, pero daba mejores asistencias en el juego aéreo.
Jugó con los Auriazules y después llamados Santos del Club San Luis, desde tercera a primera División, pasando por segunda, ganando cinco campeonatos y dos ascensos consecutivos de Tercera a segunda y de esta a primera. Terminó jugando en la Unión de Curtidores bajo la dirección de Antonio «tota» Carbajal.
Tras su retiro fue entrenador de equipos infantiles y Juveniles, así como auxiliar en Primera y segunda División.
