En los últimos dos años, el precio del litio, conocido como el «petróleo del futuro», se ha desplomado casi 90% debido al incremento en su producción y a la creciente relevancia de las tierras raras en la transición energética global.
En noviembre de 2022, el carbonato de litio alcanzó un precio récord de 86,300 dólares por tonelada, impulsado por la alta demanda y la limitada oferta. Sin embargo, al cierre de 2024, su precio cayó drásticamente a 10,300 dólares por tonelada, y en enero de 2025 la tendencia a la baja continúa. Analistas atribuyen esta caída a un excedente de oferta que aún no alcanza su punto máximo.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, México ocupa el décimo lugar en reservas de litio con 1.7 millones de toneladas. Sin embargo, Bank of America estima que para equilibrar el mercado, la producción de vehículos eléctricos debe crecer entre 7% y 10%.
Mientras tanto, las tierras raras, fundamentales para la tecnología, energía y defensa, han ganado terreno. China lidera su producción global, con 240,000 toneladas métricas de óxidos en 2023, generando tensiones con Estados Unidos por su control del mercado.
La acelerada producción de litio, que pasó de 82,500 toneladas en 2020 a 180,000 en 2023, refleja su importancia, pero también la creciente competencia en un mercado clave para la transición energética.
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