Ciudad Valles, S.L.P.- Una abuelita esta viviendo entre aguas negras y poco a poco va perdiendo parte de su propiedad por los daños que la anegación de las pestilentes aguas.
Se trata de la vivienda ubicada en la zona centro en calle Allende entre Vicente C. Salazar y Comonfort, ahí vive la señora Nohemí Zúñiga Lozano, quién desde hace un año ha visto como la indiferencia de las autoridades la mantiene viviendo entre aguas negras, todo por una mala construcción que ni Obras Públicas y DAPAS vigilaron, hace aproximadamente 7 años.
En la parte posterior de su casa colinda con una privada donde hay siete casas y cuatro locales en renta, mismos que no tienen drenaje todos sus desechos van a dar a una cisterna y esta debería «desfogar» el agua hacia la calle Comonfort; sin embargo, esto no sucede, ya que desde hace casi dos años, se ha comenzado a filtrar hacia el terreno de la señora Nohemí.
Esto le ha causado que pierda uno de los cuartos de su vivienda, ahí tenía un comedor, una cama, mesas y sillas, mismas que comenzaron a humedecerse por las aguas negras, y en menos de tres meses se le echaron a perder.
Su caso ya ha sido expuesto a todas las autoridades municipales, de sanidad y judiciales desde hace casi un año y a la fecha nadie a podido responderle. Puso su denuncia en la Fiscalía General del Estado, su caso tiene un expediente en investigación en la Comisión Estatal de Protección Contra Riesgos Sanitarios, Ecología Municipal y DAPAS, ninguna autoridad ha podido ayudarla.
Su caso es delicado, actualmente atraviesa por un tratamiento para contrarrestar un cáncer y esas condiciones higiénicas, la mantienen preocupada, ella no puede vivir así, sus hijos han buscado ayuda con las dependencias municipales y estatales, pero solo encuentran negativa.
Hace un año, el único que le brindo ayuda fue el director de la DAPAS Francisco Gómez Faisal, quién estuvo mandando un Vactor para limpiar los drenajes y así desfogar las aguas negras; sin embargo, desde el arribo de Alfredo Zúñiga Hervert a la titularidad del organismo estos trabajos se suspendieron, sin mayor aviso, y ha sido cuatro meses de inmundicia total, de indiferencia y de omisión de parte de todas las autoridades que ya tienen conocimiento de los hechos.
Hoy pide a las autoridades tocarse el corazón y ayudarla, pues vive encerrada en su domicilio, temerosa de que las aguas negras ahora afecten su cocinita y su cuarto, y que nadie le ayude por humanidad.
Seguiremos informando.
