
La Fiscalía General de Baja California confirmó a Eddy Carrillo que los restos encontrados el 7 de noviembre en una fosa clandestina corresponden a su hijo, Érick, desaparecido el 1º de junio de 2019. «Estoy tranquilo y me siento liberado», expresó el padre, quien lideró la búsqueda durante más de cinco años.
Los restos fueron localizados en la vía rápida Alamar, en el fraccionamiento El Lago, donde el colectivo de búsqueda que Eddy fundó ha recuperado cerca de 20 cuerpos en los últimos años. Junto a Érick también fue identificado Iván Rosales Anaya, amigo desaparecido en las mismas circunstancias.
Eddy Carrillo, reconocido por su labor como buscador, dejó su empleo en Estados Unidos para fundar «Todos Somos Érick Carrillo» una red que ha ayudado a localizar a más de 1,600 personas desaparecidas. En noviembre de 2019 prometió a la Virgen de Guadalupe dedicar dos años a encontrar a su hijo, un plazo que extendió hasta ahora.
Érick, quien trabajaba y vivía en California, desapareció tras visitar Tijuana para apoyar en la remodelación de la casa de su madre. La noche de su desaparición salió a tomar una cerveza con Iván, pero nunca regresaron.
Eddy planea sepultar a Érick el 12 de diciembre y retirarse de la organización en junio de 2025, para retomar su vida laboral en la construcción en Estados Unidos. «Siento que mi misión está cumplida», afirmó.
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