La planta conocida científicamente como Helianthus annuus, y comúnmente llamada girasol, es mucho más que una simple flor. Forma parte de la familia Asteraceae y se le reconoce por otros nombres como flor de sol, maíz de Texas y gigantón. En la cultura nahua, se le conoce como chimalatl, que significa escudo, y chimalxóchitl, mientras que los otomíes de Hidalgo la llaman yendri.
El nombre «girasol» hace referencia a su fascinante capacidad de girar en busca de la luz solar, un fenómeno conocido como heliotropismo. Esta habilidad le permite maximizar la absorción de luz, lo que la convierte en un espectáculo de color y forma. Los pétalos del girasol pueden variar en tonos amarillos, marrones y anaranjados, y su imponente tamaño lo convierte en un atractivo visual indiscutible.
Desde que España introdujo el girasol en Europa, su popularidad se ha expandido a nivel mundial, sirviendo no solo como una brillante flor ornamental o un alimento nutritivo, sino también como fuente de inspiración artística. Entre los artistas que han rendido homenaje a esta flor se encuentran Diego Rivera, con su conocido cuadro «Los girasoles», Gustav Klimt, en su obra «El girasol», y Vincent Van Gogh, quien creó varias pinturas que giran en torno a la temática del gigantón, incluida su famosa serie «Los girasoles».
El origen del girasol
Tradicionalmente, se pensaba que el girasol era originario del norte de México y del sur de Estados Unidos, pero investigaciones recientes han revelado que su verdadero origen se ubica en el centro del país. Esta conclusión se alcanzó gracias a la reevaluación de documentos históricos de la época virreinal y a excavaciones arqueológicas realizadas en regiones como Tabasco y Morelos.
Estas excavaciones han permitido descubrir aquenios, semillas prehistóricas de girasol, con un tamaño notable que datan de tiempos antiguos. Documentos históricos escritos por figuras como Fray Bernardino de Sahagún y Francisco Hernández muestran los primeros registros de su existencia. Además, en el Códice Ixtlilxóchitl, hay representaciones que muestran a deidades sosteniendo un chimalatl.
Los girasoles eran utilizados tradicionalmente para dar la bienvenida a deidades y autoridades indígenas, un reflejo de su importancia en las culturas prehispánicas. Hoy en día, no solo se valoran por su atractivo estético, sino también por sus propiedades medicinales y nutritivas, consolidando al girasol como un verdadero tesoro de la biodiversidad mexicana.
