El muralismo mexicano ha dejado un papel imborrable en la historia del arte en nuestro país y al hablar de ello se debe mencionar el nombre de David Alfaro Siqueiros, uno de los máximos exponentes, y de su obra maestra el Polyforum Siqueiros en la CDMX.
Conocida como la culminación de su carrera y un símbolo emblemático del país, el espacio no solo refleja la intención vanguardista de la época, sino que también encierra una rica historia que sigue inspirando a las generaciones actuales.
La gestación del Polyforum comenzó en la década de los sesenta con el empresario Manuel Suárez; él contactó a Siqueiros para crear 18 grandes paneles que formarían parte de un salón de convenciones en Morelia, Michoacán, sin embargo, en 1965, el empresario propuso un giro audaz al muralista: realizar el mural más grande del mundo. Sorprendido, pero emocionado, Siqueiros aceptó el desafío y creó la monumental obra de dos mil 400 metros cuadrados.
Complicaciones políticas y financieras impidieron que la obra estuviera lista para los Juegos Olímpicos de 1968 y tuvo que ser inaugurado hasta el 15 de junio de 1971. Está ubicado en la Avenida Insurgentes, entre las colonias Nápoles y Del Valle, y alberga el impresionante mural «La Marcha de la Humanidad», que cubre las paredes y el techo del Foro Universal.
Junto a este, el edificio también incluye el Teatro Polyforum, donde se llevan a cabo exposiciones de arte y eventos culturales de diverso tipo. La magnitud del mural requirió dividirlo en cuatro partes, cada una regida por diferentes ejes temáticos, que van desde «La Revolución del Futuro» hasta «La Revolución Democrática Burguesa» y la mítica escencia de «La Marcha de la Humanidad».
