A medida que el año se acerca a su fin, las redes sociales se convierten en un espacio de reflexiones, celebraciones y comparaciones. Las imágenes de vacaciones familiares, logros profesionales, cenas de gala y las clásicas fotos de «mejor versión» pueden resultar abrumadoras para muchos.  

Si bien las redes sociales ofrecen la oportunidad de conectar con otras personas, compartir momentos especiales y encontrar inspiración, también pueden generar una presión invisible sobre nuestra autoestima, sobre todo cuando nos encontramos en la recta final de un año que ya de por sí está lleno de desafíos emocionales. 

La comparación en redes. 

La psicología social ha demostrado que las personas tienden a compararse con los demás de manera natural, y las redes sociales han amplificado este comportamiento. En este entorno, las comparaciones se vuelven casi inevitables. Vemos imágenes cuidadosamente seleccionadas de las vidas de los demás y, en muchas ocasiones, estas fotos parecen reflejar una realidad mucho más perfecta y exitosa que la nuestra. 

A medida que el año llega a su fin, el fenómeno de la comparación se intensifica. Las redes sociales se llenan de mensajes sobre logros profesionales, éxitos personales, momentos felices y viajes exóticos, lo que puede hacernos sentir que estamos quedándonos atrás.  

Sin embargo, es importante recordar que lo que vemos en las redes sociales rara vez es la realidad completa. Las fotos y los momentos compartidos son seleccionados y curados. Las personas tienden a mostrar solo sus mejores facetas, no sus luchas cotidianas o sus momentos de vulnerabilidad.  

Cómo proteger la autoestima: 

Aunque el impacto de las redes sociales en nuestra autoestima es innegable, hay varias estrategias que podemos adoptar para protegernos de los efectos negativos durante la recta final del año: 

Recuerda que las redes sociales no reflejan la realidad completa
Haz un esfuerzo consciente por recordar que lo que ves online es solo una fracción de la vida de los demás. Las publicaciones no muestran las luchas, los fracasos o los momentos difíciles que todos enfrentamos. Practicar la autocompasión y ser realista con las expectativas puede ayudarte a reducir la presión. 

Cultiva relaciones offline significativas
A menudo, el impacto emocional de las redes sociales se puede contrarrestar fortaleciendo las relaciones en la vida real. Compartir momentos auténticos y vulnerables con amigos y familiares puede proporcionarte un sentido de conexión genuina que las redes sociales no siempre logran ofrecer. 

Practica la gratitud
En lugar de enfocarte en lo que otros tienen o han logrado, practicar la gratitud por lo que tú tienes y por las experiencias que has vivido durante el año puede ser una excelente forma de reforzar tu autoestima. Agradecer incluso los pequeños logros y momentos de felicidad puede ayudarte a mejorar tu bienestar emocional. 

La recta final del año puede ser un momento para la reflexión, pero también para la autoaceptación. Deja de compararte con los demás y enfócate en ti mismo, en tus logros y en tus esfuerzos. Al final del día, lo más importante no es lo que otros ven en sus pantallas, sino lo que tú eres capaz de ver en tu propio reflejo. 

Estefanía López Paulín
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