¿Alguna vez te preguntaste si a simple vista podrías reconocer a una persona que padece algún tipo de problema en su salud mental con algunos de sus rasgos? Pues en la columna de hoy veremos algunas características físicas que podrían ser asociadas con distintas problemáticas en la salud mental.
Existen ciertos rasgos físicos o características observables que se han asociado con problemas de salud mental o que pueden ser indicadores de ciertos trastornos. Sin embargo, es importante recordar que estos rasgos no son indicadores definitivos y, en muchos casos, requieren un diagnóstico profesional.
Expresiones faciales y lenguaje corporal: Las personas con depresión, por ejemplo, pueden mostrar expresiones faciales específicas, como una menor expresividad emocional o una tendencia a fruncir el ceño.
También pueden tener una postura encorvada o una marcha lenta. Del mismo modo, el trastorno de ansiedad puede estar relacionado con un lenguaje corporal inquieto o tensión muscular visible, como la mandíbula apretada o los hombros elevados.
Ojos y contacto visual: El contacto visual limitado o excesivo puede estar asociado con ciertas condiciones. Las personas con autismo, por ejemplo, suelen evitar el contacto visual, lo que a veces es un indicador temprano. Además, en condiciones como la esquizofrenia, algunas personas pueden presentar movimientos oculares anormales.
Condiciones dermatológicas: Los problemas de la piel como el acné severo, la psoriasis o la dermatitis pueden a veces vincularse a condiciones mentales como ansiedad o depresión, debido a la conexión entre la salud de la piel y el sistema nervioso.
En casos más severos, la tricotilomanía (arrancarse el cabello) o el desorden de excoriación (rascarse la piel) son comportamientos impulsivos que se asocian directamente con la ansiedad y el estrés.
Cambios en el peso y el apetito: Los trastornos alimentarios como la anorexia, la bulimia y el trastorno de atracones tienen un impacto directo en el peso y en la apariencia física, y están profundamente relacionados con problemas de salud mental. Cambios significativos en el peso también pueden aparecer en personas con depresión, quienes pueden perder o ganar peso rápidamente.
Higiene personal y arreglo: Las personas que atraviesan problemas de salud mental graves, como la depresión severa, esquizofrenia o demencia, a veces muestran una falta de cuidado personal. Esto puede incluir no bañarse, llevar la ropa sucia o descuidar el cuidado dental. Este aspecto puede indicar una falta de motivación o una dificultad para cuidar de sí mismos.
Movimientos repetitivos o tics: Los tics físicos o movimientos repetitivos, como parpadear en exceso, rascarse o mover los dedos repetidamente, pueden estar asociados con trastornos como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), el síndrome de Tourette o la ansiedad.
Cambios en la postura: La depresión y la ansiedad a menudo se relacionan con una postura encorvada, los hombros caídos o la tendencia a encogerse en sí mismo. Estos cambios pueden ser el resultado de una tensión muscular crónica debido al estrés o a una actitud defensiva.
Es fundamental tener en cuenta que estos rasgos son solo señales que pueden acompañar a problemas de salud mental y no necesariamente indican la presencia de un trastorno. Solo un profesional de la salud mental puede hacer un diagnóstico adecuado mediante una evaluación exhaustiva que incluya aspectos psicológicos y, si es necesario, pruebas físicas o médicas adicionales.
Estefanía López Paulín
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