La cifra de muertos por las lluvias torrenciales en España ha alcanzado los 205, de los cuales 202 corresponden a la Comunidad Valenciana. El Ministerio del Interior ha confirmado que más de 1,900 personas están en paradero desconocido. Muchos de ellos podrían encontrarse incomunicados o sepultados bajo lodo, mientras pueblos, casas, carreteras y paisajes han sido devastados.
La falta de respuesta inmediata del Estado ha generado una ola de indignación entre los afectados, quienes señalan que el Ejército solo ha desplegado 1,700 efectivos de sus más de 100,000 miembros, y el gobierno de Pedro Sánchez aún no ha decretado el estado de alarma. Vecinos y voluntarios han asumido el rol de rescatistas y distribuidores de víveres ante la limitada presencia de las fuerzas estatales.
Carlos, habitante de Paiporta, una de las localidades más afectadas, lamenta que la ayuda militar no haya llegado aún en una magnitud suficiente: “No entiendo por qué el Ejército no está ya aquí repartiendo comida o sacando lodo”. Esta desolación ha motivado la movilización de decenas de miles de ciudadanos que, bajo el lema “el pueblo salva al pueblo”, recorren largas distancias para llevar suministros a las zonas más afectadas.
Ante el aumento de la presión social, la ministra de Defensa, Margarita Robles, anunció el despliegue de 1,000 efectivos adicionales, y Francia ha ofrecido ayuda humanitaria, aunque España aún no ha aceptado asistencia internacional.
Seguiremos informando.