La presidenta de México, Claudia Sheinbuam Pardo, presentó este lunes un programa que, en muchos aspectos, resulta utópico; se trata del Programa de Vivienda y Regularización que, entre otras cosas, considera la posibilidad de construir un millón de viviendas para atender el déficit que se tiene en todo el país. La mandataria dice que ya está todo planeado y confía en que se conseguirán buenos resultados en un tema que resulta por demás necesario para el crecimiento social y económico.
Según Sheinbaum, del total que se proyecta, la mitad será construida por el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) para la población derechohabiente, mientras que la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) realizará otras 500 mil para personas no derechohabientes, estas últimas serán financiadas a través de la Financiera del Bienestar (Finabien).
El proyecto tiene sus ventajas y, seguramente, si se desarrolla de buena manera, podrá dar buenas cuentas, no las mejores ni una solución total, pero sí podría abonar en algo. Lo malo es que, para lograrlo, se deberán sortear muchos obstáculos, comenzando por la mafia de desarrolladores inmobiliarios que han logrado construir tremendos monopolios en varias entidades, incluida San Luis Potosí.
Si la presidenta quiere que su proyecto funcione, deberá meter en cintura a los desarrolladores que, en las tierras del potosí, encarecen de manera insultante la vivienda media, de hecho, nadie construye vivienda económica y, en un escenario de este tipo, un crédito de Infonavit no alcanza ni para el enganche de un departamento.
Los fraccionamientos que, hace algunos años, se construyeron para dar vivienda a los obreros, en su mayoría, están abandonados o están convertidos en nidos de delincuentes. Un ejemplo claro es un desarrollo abandonado en las cercanías del Parque Logistik. En este proyecto, Grupo Comebi hizo tan pequeñas las casas que los posibles inquilinos las rechazaron por las dimensiones y el sobreprecio. Ese fue el último intento de construir vivienda económica.
Lo demás es historia, corrupción en otorgamiento de permisos irregulares, materiales de mala calidad y un largo etcétera que complicara el ambicioso proyecto que presentó la presidenta y que, al final, no se limitará por cuestiones de dinero, sino por arreglos y otros temas que irán surgiendo con el paso del tiempo.
Cavilaciones:
Primera: Muy orondo, Joaquín García, alias El Charro, director del Instituto del Deporte, se paseó anoche en la inauguración del Torneo Nacional Charro en el Museo Laberinto. Luce impunidad, el montaperros del Gallardato.
Segunda: Muy delicaditos salieron los alcaldes del PRI que se quejan de que los engañaron para ir a ver al gobernador. Ya sabíamos que eran tontitos, pero no pocos pantalones. Ninguno se atrevió a retirarse. Tiempo hubo, pero les falta lo que a este hermoso felino le sobra ¡Miau!
Tercera: Hoy comienza, en todo el país, la campaña de vacunación contra la influenza. Dice que los Servicios de Salud traen un desmadrito con el tema. A ver cómo nos va.