Un nuevo estudio revela que las personas tienden a asumir que poseen toda la información necesaria para tomar decisiones o defender sus puntos de vista, aunque en realidad no sea así. Es decir, dicen que tienen la razón, aunque estén equivocados.
Investigaciones en neurociencia han demostrado que el lóbulo frontal del cerebro es el encargado de la toma de decisiones, recopila información del entorno para guiar el comportamiento basado en el razonamiento. A esta creencia errónea de contar con todos los datos necesarios, los investigadores la han denominado «ilusión de adecuación de la información».
Este hallazgo fue publicado en la revista Plos One por Angus Fletcher, profesor de inglés en la Universidad Estatal de Ohio y miembro del Proyecto Narrativa de dicha universidad.
Fletcher llevó a cabo la investigación junto a Hunter Gehlbach, psicólogo educativo de la Facultad de Educación de la Universidad Johns Hopkins, y Carly Robinson, investigadora principal de la Facultad de Educación de la Universidad de Stanford.
Eso parece correcto
“Descubrimos que, en general, las personas no se detienen a reflexionar si podría haber más información disponible que les permita tomar una decisión mejor informada. Si se les presentan algunos datos que parecen coherentes, la mayoría dirá ‘eso suena correcto’ y lo aceptará sin más”, afirmó Fletcher.
Para llegar a esta conclusión, se realizó un estudio en línea con la participación de 1,261 estadounidenses. Los participantes se dividieron en tres grupos, quienes leyeron un artículo sobre una escuela ficticia con problemas de agua. Un grupo leyó un texto que presentaba razones para fusionar la escuela con otra que tuviera agua, el segundo grupo leyó argumentos para mantenerse separada, y el tercero leyó ambos puntos de vista.
Los resultados indicaron que los grupos que sólo leyeron una de las posturas (a favor o en contra de la fusión) creyeron que tenían suficiente información para tomar una decisión adecuada, señaló Fletcher. La mayoría indicó que seguirían las recomendaciones del texto leído. Curiosamente, aquellos con sólo la mitad de la información se mostraron más seguros de su decisión, ya fuera fusionar o no las escuelas, que quienes tenían acceso a la historia completa. Estos participantes estaban convencidos de que su elección era la correcta, aunque no contaban con todos los datos. Además, pensaban que la mayoría de las personas coincidiría con su opinión.
Sin embargo, el estudio también ofrece un dato alentador: algunos de los participantes que inicialmente sólo leyeron un lado de la historia y luego tuvieron acceso a la otra versión, mostraron disposición a cambiar de opinión tras recibir toda la información. Aunque esto no siempre ocurre, especialmente en temas ideológicos profundos, donde la gente puede desconfiar de nueva información o reinterpretarla para ajustarla a sus creencias previas.
¿La ideología tiene algo qué ver?
A pesar de ello, Fletcher subraya que la mayoría de los conflictos interpersonales no son ideológicos, sino malentendidos cotidianos. Este estudio complementa la investigación sobre el «realismo ingenuo», la tendencia de las personas a creer que su percepción subjetiva es la verdad objetiva. Aunque este fenómeno se centra en cómo las personas pueden interpretar la misma situación de forma distinta, la ilusión de la adecuación de la información muestra que, con suficiente información, es posible llegar a un entendimiento común.
Fletcher, quien estudia cómo las historias influyen en las personas, concluye que es fundamental asegurarse de tener una visión completa antes de tomar decisiones. “Como vimos en este estudio, las personas tienden a creer que ya conocen todos los hechos relevantes, incluso cuando no es así”, concluyó.
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