Desde el pasado 21 de septiembre, día en el que se arrestó a Sean «Diddy» Combs, su nombre se ha vuelto viral en redes sociales por ser comparado con Jeffrey Epstein, pues el cantante ha sido acusado de extorsión, tráfico sexual y prostitución, delitos por los que fue arrestado.
Diddy es reconocido por su carrera como productor musical y artista de alto nivel, durante décadas ha sido elogiado por considerársele como uno de loos arquitectos del auge comercial del hip-hop.
Actualmente Combs es enfrenta una investigación por una serie de demandas civiles en las que se le acusa de agresión sexual y de conducta sexual inapropiada, situación por la que el imperio empresarial del rapero empezó a desmoronarse.
Tras su arresto, el artista permanece en un centro de detención federal de Brooklyn, pues se le negó permanecer en libertad mietras esperaba su juicio, esto porque una jueza le consideró un riesgo para la sociedad, además de que temen que pueda comprar testigos o alterar cualquier prueba en su contra.
En la investigación de Diddy, se le acusa de ser el presunto cerebro de una empresa criminal desde al menos 2008 que incluyó a sus empleados y que participó en actividades de secuestro, trabajos forzados, incendios provocados y sobornos.
Según el gobierno, Combs utilizaba la fuerza, las amenazas y la coacción para manipular a las mujeres en lo que él llamaba freak offs: “espectáculos de actividad sexual altamente orquestados” en hoteles y otros lugares en donde se distribuían drogas y podían durar días.