El Poder Judicial, en términos prácticos, siempre estuvo subordinado al Poder Ejecutivo. Siempre ha habido jueces de consigna que fallaban a contentillo del gobernante en turno, para castigar a los perseguidos políticos, enemigos o adversarios.
Pese a ello, la Suprema Corte de Justicia de la Nación siempre fue una esperanza en casos de abusos extremos del poder político, y así fue hasta que Andrés Manuel López Obrador decidió impulsar una reforma que, además de quitar atribuciones, afectó profundamente la honorabilidad de ese poder, sin distingos ni miramientos.
En los poderes judiciales de los estados ha pasado lo mismo en los últimos 100 años. Ahora, la subordinación al Poder Ejecutivo quedará plasmada en la Constitución y reglamentada en las leyes secundarias.
De todo lo que se dice sobre la reforma, del pataleo de los partidos, y de las traiciones de diputados que, en busca de cobijo, sobrevivencia o impunidad, se suman al gobernante partido Morena, lo cierto es que las consecuencias de esta reforma las sufrirán las generaciones del futuro.
Así las cosas, en San Luis Potosí parece que todo transitará sin problemas cuando venga el tiempo de reformar el Poder Judicial del Estado. La razón: el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Héctor Serrano, tiene claro el futuro. Por eso ha construido un bloque de 20 legisladores, con posibilidad de ser 21, para que no le agarren las prisas cuando la reforma tenga que aterrizar en territorio potosino.
Por lo pronto, la reforma federal pasó con dos votos de traición en el Congreso local: el de Alejandro «Caco» Leal Tovías y el de Bernarda Reyes, ambos abogados y piezas clave en «El Carrerato», quienes pasaron de ser herencia maldita a convertirse en aliados fraternos.
El fin justifica los medios, dirían los politólogos, y así se hacen las cosas en estos tiempos desde la antigüedad. Solo que algunos aún se sorprenden de que la condición humana sucumba ante ofertas irrenunciables.
Sea como sea, este 15 de septiembre el presidente Andrés Manuel López Obrador promulgará la reforma y sumará dos arengas a su último Grito de Independencia.
AMLO se irá seguro de que tiene todo controlado en el puño de una mano y cercada a su sucesora, Claudia Sheinbaum, con su hijo, Andy López Beltrán, como cabeza de la inquisición morenista, por si a la futura presidenta se le ocurre siquiera intentar rebelarse.
AMLO deja un país peor que el que recibió en todos los sentidos: educación, salud, infraestructura, inversiones, con una deuda mayor que la que le entregó Enrique Peña Nieto, pero con la popularidad que le otorgan los programas sociales, inventados en México por Carlos Salinas de Gortari, que le dan margen de maniobra para vigilar, desde «La Chingada» en Palenque, todos los movimientos de Sheinbaum.
Lo que viene está anunciado: una dura batalla por quitarle el control a AMLO y por desestabilizar al futuro gobierno de Sheinbaum. En este San Luis de la Patria lo que viene es posicionar corcholatas para el 2027.
Al tiempo, y por lo pronto: ¡Que viva México, cabrones!
P.D.1.- Una desangelada comida de macabeos fue el pretexto para honrar al exdiputado federal Juan Ramiro Robledo, a quien sus amigos «de toda la vida» le lanzaron loas por su desempeño como vocero de la reforma judicial desde San Lázaro. La mayoría de los asistentes tienen la esperanza de que AMLO le pague con delegaciones del gobierno federal para sus cuates a lo largo y ancho de la república. ¡No pos guau!
P.D.2.– El secretario general de gobierno, J. Guadalupe Torres Sánchez, se dio tiempo para ir a comer unas gorditas al tradicional Café Versalles, ubicado en calle Madero, frente a la Secretaría de Finanzas. Amable y saludador, se le vio a uno de los hombres fuertes del gallardato. El también abogado fue visto en el lugar justo después de que tomaran posesión los diputados de la LXIV Legislatura del Congreso del Estado.
P.D.3.– Una universidad para enseñar inteligencia artificial es la apuesta del gobierno del estado en materia de educación para el segundo tramo del gallardato. ¡Zaz!
P.D.4.- El camino de la gran Adriana Ochoa es brillante. Creo firmemente que puede ser la primera rectora de la UASLP.
Hasta la próxima.
