El mal uso del lenguaje induce el mal en el alma, había dicho Sócrates, tal como nos lo recuerda la escritora estadounidense Ursula K. Le Guin. Y añade que él no estaba hablando de gramática pues hacer un uso deficiente del lenguaje es lo de muchos políticos y anunciantes, con meros fines de lucro y sin asumir responsabilidad por el significado de las palabras. Si se utiliza para conseguir poder y dinero, tiende a salir mal: miente.
Cuando se usa para cantar un poema o contar una historia, va hacia la verdad. A un escritor le importa el sentido de las palabras, lo que dicen y cómo lo dicen. Sabe que las palabras son su sendero a la verdad y la libertad; por eso las utiliza con cuidado, reflexión, miedo y deleite. Al usar bien las palabras se fortalece el espíritu. Los narradores o poetas se pasan la vida aprendiendo esa habilidad y el arte de utilizarlas bien, lo que hace que el espíritu de sus lectores sea más fuerte, más brillante y más profundo.
Pero, bueno, no deja de ser relevante eso de seducir a votantes o consumidores, en busca de una ventaja legítima: ganar una elección o vender un producto. En el mundo real, que no es ideal ni perfecto, las palabras se tienden a usar con ciertos propósitos. El problema es el abuso, creo yo.
Es válido el lenguaje del convencimiento, aunque sin caer en la soberbia o la autocomplacencia. Tampoco se debe olvidar que la perversidad no es inteligencia. O que la maña no es un pecado, sino sólo un recurso.
Cuidemos siempre lo que decimos, escribimos o leemos. Con todo, sin disfrazarnos de santurrones o ingenuos que resultan hipócritas, es mucho lo que podemos hacer con autenticidad.
* LA SEMANA PASADA CONCLUÍ en este espacio una miniserie sobre Salud y Seguridad Social. En ese drama, vi luego que por ahí se señala: “Mantener a la gente enferma es un gran negocio. Mantenerla enferma y con miedo, es una mina de oro”. Esto puede ser tan cierto como inaceptable.
* “JUZGAR NO ES ASUNTO de popularidad. Basta de mentiras. El Judicial es un Poder honesto”, leí en una pancarta en las manifestaciones de repudio a la contrarreforma judicial de López Obrador. Igual, se rechaza la posibilidad de elegir jueces con campañas pagadas por el mismo gobierno, y a partir del carisma o la popularidad del candidato…
Esto nos recuerda que tampoco los “famosos” o populares suelen ser buenos gobernantes. Incluso con frecuencia las estrategias y acciones más adecuadas no dan popularidad a quien las aplica… a diferencia de la demagogia o los regalos que agradan a la porra.
* PRÁCTICAMENTE, YA QUEDÓ EL Gabinete que ha presentado Claudia Sheinbaum: “leal” y mixto con no pocos obradoristas. Aunque de mejor nivel técnico, oigan, tendría que ser modificado de manera significativa a lo largo del sexenio.
* ESTAS ÚLTIMAS SEMANAS DE un presidente que dice ser “el mejor de la historia”, transcurren entre 1) forzamientos en órganos electorales, con decorosos votos de minorías; 2) spots de fin de sexenio que resultan demasiado torcidos y mentirosos; 3) altercados con la representación oficial de Estados Unidos, que incluyen una peculiar “pausa” o suspensión; 4) nerviosismos financieros por la incertidumbre y un frenón económico con inflación creciente; 5) tensiones y desbordamientos de desesperación o violencia en zonas controladas por el crimen organizado; 6) inauguraciones y simulaciones que se multiplican en giras proselitistas; 7) agravamientos de dramas en salud, seguridad o educación; 8) insistencias en despropósitos como la captura judicial y la desaparición de organismos esenciales; 9) despliegues de poder ampliado artificialmente en las cámaras legislativas, y 10) dudas crecientes en torno a la presidenta electa y su independencia.
* HOY ES EL PRIMER día de la lucha contra la tiranía antiliberal de López Obrador a través de su sucesora designada; entre otros objetivos, se busca defender e impulsar la economía de México con oportunidades de superación y empleo productivo para los mexicanos. En fin, habrá que asegurar que nuestra democracia no tarde mucho en regresar, y que contribuya a que el nivel de vida se recupere.
Ante su gran fracaso, el gozoso escape de López Obrador consiste en mentir e incendiar el país. Y lo está logrando.
@cpgarcieral