Determinar quién es el mejor jugador de fútbol mexicano de todos los tiempos es un tema de debate, ya que México ha producido numerosos talentos excepcionales a lo largo de los años. Se podría escoger al mejor jugador por su impacto tanto en la liga mexicana como en el fútbol internacional, en esos casos resuenan los siguientes nombres:
1. Hugo Sánchez
Hugo Sánchez es, sin duda, uno de los jugadores más icónicos y exitosos en la historia del fútbol mexicano. Nacido en 1958, Sánchez brilló en el Atlético de Madrid y, sobre todo, en el Real Madrid, donde ganó cinco títulos consecutivos de La Liga y fue cinco veces máximo goleador (Pichichi). Su capacidad atlética, acrobacias y olfato goleador lo convirtieron en una leyenda, marcando más de 200 goles en la liga española. En México, es considerado un pionero y un referente para las futuras generaciones.
2. Rafael Márquez
Conocido como «El Káiser de Michoacán», Rafael Márquez es otro de los grandes nombres del fútbol mexicano. Como defensa central, Márquez tuvo una carrera destacada en Europa, particularmente en el FC Barcelona, donde ganó múltiples títulos, incluyendo la UEFA Champions League. Su liderazgo, versatilidad en el campo y capacidad para leer el juego lo hicieron imprescindible tanto en su club como en la selección mexicana. Márquez participó en cinco Copas del Mundo, un récord compartido por muy pocos jugadores a nivel global.
3. Javier «Chicharito» Hernández
Javier Hernández, conocido como «Chicharito», es otro jugador que ha dejado una marca importante en la historia del fútbol mexicano. Como delantero, ha jugado en varios clubes europeos, incluyendo el Manchester United y el Real Madrid. Conocido por su instinto goleador y habilidad para estar en el lugar correcto en el momento adecuado, Chicharito es el máximo goleador histórico de la selección mexicana, un logro que destaca su importancia para el fútbol nacional.
4. Cuauhtémoc Blanco
Cuauhtémoc Blanco es otro de los nombres que no puede faltar en esta conversación. Famoso por su carisma y creatividad en el campo, Blanco se convirtió en un ícono del fútbol mexicano gracias a su habilidad para el regate, sus asistencias y su particular estilo de juego. Además, es recordado por su «Cuauhtemiña», una jugada única que lo hizo popular a nivel internacional. Blanco también jugó en tres Copas del Mundo y dejó su huella tanto en la selección como en la liga mexicana.
Otros jugadores que han dejado una huella indeleble incluyen a Luis Hernández, el «Matador», quien brilló en el Mundial de 1998, y Andrés Guardado, un mediocampista versátil que ha tenido una carrera prolongada y exitosa en Europa.