En plena reforma judicial, promovida por el ahora repudiado legislador potosino, Juan Ramiro Robledo, el Congreso del Estado elige hoy a su representante en este órgano del Supremo Tribunal de Justicia en el Estado de San Luis Potosí.
La posición la ocupa, actualmente, Huitzilihuitl Ortega Pérez y es un espacio que le cedieron al PAN en 2019. Se la dieron a este abogado de poca monta, pero de muchas influencias. Su desempeño ha sido magro, pero aparece en la lista de aspirantes con la intención de reelegirse.
Según la página del Poder Judicial del Estado, el Consejo de la Judicatura tiene mucho poder, es el órgano encargado de la administración, vigilancia, disciplina y promoción de la carrera judicial, además, tienen las siguientes atribuciones: Nombrar y cambiar de adscripción a los jueces y personal de los juzgados; ejercer el presupuesto del Poder Judicial; instrumentar y aplicar la carrera judicial; promover y coordinar la capacitación constante de los miembros del Poder Judicial; vigilar la conducta y desempeño de los funcionarios judiciales (a excepción de los magistrados); supervisar el correcto funcionamiento de los juzgados e implementar las medidas preventivas y correctivas necesarias; sancionar a los funcionarios judiciales que incurran en faltas administrativas (a excepción de los magistrados); determinar el número y especialización por materia de los juzgados; conceder licencias y permisos al personal del Poder Judicial.
Los integrantes del Consejo de la Judicatura, sin embargo, sirven para una maldita cosa, tan es así que, cada vez que el personal se inconforma, desaparecen de escena. Por ejemplo, hace unos días, en que los trabajadores reclamaban pago de prestaciones, los señores consejeros se hicieron más chiquitos de lo que son. Si acaso el representante del Poder Ejecutivo, Javier Delgado Sam, salió a dar la cara con un estilo bravucón que le hizo ganar algunas mentadas de madre y otros insultos.
El hueso es jugoso y delicioso. Se trata de una chamba que, en realidad, les ocupa unas tres o cuatro horas al día, salario generoso, viáticos, prestaciones, oficinas ultra cómodas, glamur político, conferencias de alto nivel y posible salto a magistrados cuando terminen sus encargos.
Ocho son los aspirantes, uno solo el elegido. De entre los ocho, hay dos mujeres. De entre los señores aspirantes, hay uno solo que representaría genuinamente al Poder Legislativo, se trata de Javier Leyva, un joven abogado que comenzó siendo mozo en el Congreso del Estado y ha escalado hasta convertirse en uno de los asesores más respetados de la institución.
Cavilaciones:
Primera: Leticia Mariana Gómez Ordaz será presentada, hoy, como la nueva secretaria de Salud, en sustitución de Ymuri Vaca quien, por cierto, no supo hacer buen trabajo. Leticia tampoco tiene experiencia en el campo de salud, pero es entusiasta…
Segunda: Otra vez; Seguridad Pública, la Fiscalía y Gobierno del Estado no logran ponerse de acuerdo sobre la información que debería ser oficial. Uno dice una cosa, el otro dice otra y el tercero otra muy diferente ¡Miau!
Tercera: Que alguien meta en cintura a Juan Ramiro Robledo Ruiz. El flamante diputado morenista no salió de una cuando ya se metió en otra. Vaya manera tan vergonzosa de cerrar su periodo como diputado federal ¡Grrrr!
