Dicen que no hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla y al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se le está llegando al hora en que debe despedirse del cargo. Su gobierno vive los últimos días en medio de una convulsión derivada de la iniciativa que busca reformar el Poder Judicial. Las cosas no se ven fáciles, por ello, el mandatario se ha dado a la tarea de fortalecer la relación que tiene con los mexicanos, el pueblo, para conservar la confianza y, al mismo tiempo, dar la idea de que sigue siendo un presidente querido.
En este contexto, López Obrador viene a San Luis Potosí, tal como lo prometió hace algunos meses, aunque parecía que no tendría motivos para realizar una gira por las tierras del Potosí, pues la obra que habrá de entregar este mismo viernes, nomás no se terminaba y, lejos de avanzar satisfactoriamente, reportaba un problema tras otro. Pese a todo, se cumplió el objetivo y, con la excusa de entregarla a la ciudadanía, habrá de encabezar un evento masivo en Tantobal, a orilla de la ruta carretera.
El Peje no viene solo; estará acompañado por la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, y, desde luego, estará cuerpeado por el gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Cardona, quien ya demostró en varias ocasiones el poder político y social que tiene. En este entorno, el presidente dirá adiós a los potosinos. Esta será la última vez que se le verá en el estado todavía ejerciendo la encomienda que asumió en 2018.
Muchos creen que El Peje no se irá y que seguirá detrás de Claudia Sheinbaum para seguir tomando las decisiones importantes del país, sobre todo las que más le favorezcan. Otros confían en que sabrá respetar la administración que, por primera vez, será encabezada por una mujer. Eso, sólo el tiempo lo dirá.
Mientras tanto, en tierras potosinas, en torno a la visita del presidente, se están dando fenómenos que cualquier creería que no sucederían, comenzando por el hecho de que morenos y verdes ya limaron asperezas. Tan es así que la bancada guinda se reunió con el gobernador, máximo líder de los ecologistas. Insisto, dados los antecedentes tan conflictivos, jamás me hubiera imaginado que los vería juntos, pero sucedió. Dicen que es orden directa del presidente y, queriendo y no, tuvieron que ceder.
En breve, Andrés Manuel López Obrador dirá adiós. Será la historia quien lo juzgue por las acciones y el legado que deje. Eso no se discute. Lo que también es una realidad es que, en San Luis Potosí, dejó muchos temas pendientes que, por negligencia o capricho, al final, no resolvió. Ya ni modo.
Cavilaciones:
Primera: Cuentan, en los corrillos del Congreso del Estado, que, por lo menos, dos de las diputadas que iban directito al desempleo, han encontrado una tablita de salvación ¡Miau!
Segunda. Que la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum podría darse una escapada al campus Tamazunchale de la UASLP, donde la población estudiantil es indígena en su mayoría. Cuentan que el rector, Alejandro Zermeño, ya había hablado con ella en campaña y quedaron de trabajar un modelo nacional basándose en este campus.
Tercera: Organismos empresariales están a la expectativa ante los visos de turbulencia en los mercados financieros por la Reforma Judicial ya casi, casi, aprobada.
