El 2023 fue un año muy complicado para San Luis Potosí; una intensa sequía causó estragos en prácticamente todos los sectores de la vida pública y privada y a eso se sumaron las deficiencias en los sistemas de distribución de agua potable, algunos de los cuales, luego de muchas fallas, dejaron de funcionar. Así, la gente empezó a vérselas negras y las autoridades municipales y estatales tuvieron que entrar al quite, no sin antes politizar el asunto y buscar beneficios de cara al 2024, año electoral.
Por parte del Gobierno del Estado, el gobernador Ricardo Gallardo se comprometió a atender las demandas de la gente y, a través de la, siempre ineficiente, Comisión Estatal del Agua emprendió una serie de acciones que sirvieron como paliativo ante la crisis que recrudeció cuando las temperaturas alcanzaron niveles nunca antes vistos. El organismo estatal no fue suficiente, pero representó la salvación para cientos de familias que solo por esta vía podían acceder al vital líquido.
En el lado del frente, el Ayuntamiento de San Luis Potosí, con la guía del alcalde Enrique Galindo y los esfuerzos agonizantes del Interapas, pusieron en marcha un plan emergente que reactivó decenas de pozos, recuperó otros tantos y trabajó a marchas forzadas cuando la presa de San José quedó completamente vacía. Estos esfuerzos tampoco garantizaron agua para la totalidad de los potosinos, pero en condiciones similares, también permitieron que muchas familias contaran con el recurso.
Este lunes, se ofreció un balance sobre los trabajos que se han emprendido en los últimos meses para atender la crisis hídrica, fenómeno que parece resuelto con las intensas lluvias que se presentaron durante junio y julio, mismas que llenaron presas, desbordar un ríos, reverdecieron montes y calmaron la intensa ola de calor que incluso cobró varias vidas en la Huasteca Potosina. En el informe, se presumieron buenos resultados y claro que los hubo. En ambos bandos, que quede claro. Los dos con sus altas y bajas, con puntos que pueden mejorarse y elementos por demás brillantes.
La CONAGUA, que ha jugado un papel prioritario en este proceso, adelanta que el fin de la crisis hídrica está cerca, pero reitera que se requiere mucho trabajo, grandes inversiones y la voluntad de los diferentes niveles de gobierno para hacer frente a este tipo de situaciones y conseguir el beneficio sustancial para la gente. En otras palabras, basta de politiquerías, de pleitos absurdos y de enfrentamientos que no conducen a nada; hay que trabajar para evitar que se vuelva a presentar una crisis como la que ya vivimos.
Cavilaciones:
Primera: De cara al Tercer Informe del gobernador Ricardo Gallardo, los preparativos marchan a todo vapor. Dicen que, en Matehuala, ya andan barre y barre todos los recintos, calles y mercados ante la posibilidad de que ahí sea el magno evento ¡Miau!
Segunda: Algo pasa con las antenas de telefonía celular que la señal se vuelve débil e intermitente en la carretera 57, tramo San Luis-Matehuala, justo en la zona más peligrosa, entre Villa Hidalgo y Guadalcazar.
Tercera: Muy oronda apareció la secretaria de Salud, Ymuri Vaca, diciendo que la crisis en hospitales públicos de San Luis Potosí es culpa de la Federación. Además de inepta, indolente, la señora secretaria ¡Miauuu!
