Desde el surgimiento de la pandemia de COVID-19 a finales de 2019, el mundo ha sido testigo de una crisis sanitaria sin precedentes, con millones de personas infectadas y más de siete millones de muertes registradas globalmente. Aunque la emergencia ha disminuido, el virus sigue circulando y surgen nuevas variantes. Sin embargo, un fenómeno intrigante ha captado la atención de los científicos: algunas personas parecen haber esquivado el COVID-19 completamente, a pesar de haber estado expuestas repetidamente al virus.
Recientemente, un estudio publicado en la revista Nature ha revelado una posible explicación para este fenómeno. La investigación, dirigida por Jill Hollenbach del Weill Institute of Neurosciences de UCSF, ha identificado un gen específico que podría estar detrás de esta resistencia natural al virus. En el estudio, un grupo de 36 voluntarios, ninguno de los cuales había sido previamente expuesto al coronavirus ni estaba vacunado, fue intencionalmente infectado con el SARS-CoV-2. Los resultados mostraron que aquellos con una actividad elevada de un gen de inmunidad poco estudiado, conocido como HLA-DQA2, no desarrollaron una infección sostenida.
El antígeno leucocitario humano (HLA) juega un papel crucial en la respuesta inmune al enviar señales al sistema inmunológico. Los participantes con alta actividad de HLA-DQA2 presentaron una respuesta inmune rápida y efectiva, que permitió a su organismo combatir el virus antes de que pudiera establecer una infección significativa. De los 36 participantes, siete nunca dieron positivo por el virus, y tres experimentaron infecciones transitorias en la nariz que duraron poco y no llegaron a enfermar gravemente.
La mutación en el gen HLA-DQA2 parece ayudar a las células T a identificar el SARS-CoV-2 con rapidez, ya que el virus tiene similitudes con los virus del resfriado estacional que el sistema inmune ya reconoce. «Es como tener soldados que están preparados para la batalla y ya saben qué buscar», explica Hollenbach. En contraste, los participantes que sí se infectaron mostraron una respuesta inmune más lenta, permitiendo al virus proliferar antes de que el sistema inmune pudiera reaccionar adecuadamente.
Este descubrimiento abre nuevas posibilidades para el desarrollo de estrategias preventivas y terapéuticas. Según Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Universidad de Yale, «es posible que podamos predecir quién es susceptible a la infección simplemente observando la firma genética de este gen en particular». Además, los investigadores esperan que una mejor comprensión de las respuestas inmunitarias tempranas pueda conducir al desarrollo de vacunas en aerosol nasal, similares a las utilizadas para prevenir la gripe.
La identificación del HLA-DQA2 como un factor clave en la resistencia al COVID-19 no solo ofrece una nueva perspectiva sobre la inmunidad natural, sino que también destaca la importancia de continuar investigando los mecanismos subyacentes que protegen a algunas personas del virus. Con el avance de la ciencia, es posible que en el futuro podamos utilizar estos conocimientos para mejorar las estrategias de prevención y tratamiento del COVID-19.
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