Listos o no, los diputados de la LXIII legislatura están listos para ordenar la desaparición del organismo intermunicipal de agua potable, alcantarillado y saneamiento, Interapas, mismo que involucra el abasto del vital líquido a los habitantes de los municipios de Cerro de San Pedro, Soledad de Graciano Sánchez y la capital potosina.
En la agonía de una legislatura gris y sí, muy inepta y descuidada en los procesos, los diputados están dispuestos a todo, especialmente aquellos que ven venir el fin de los privilegios de mandar.
Así las cosas, al ahí se va, al aventón y al me vale madres, los diputados están puestos y dispuestos a darle una revolcada al Interapas con sabor a desaparición, transferir la responsabilidad a la Comisión Estatal del Agua pensando en que darán un golpe político al presidente municipal de la capital, Enrique Galindo.
No hay dicha completa, sin embargo, porque, aunque creen que esto les dará una chambita en el futuro, salvo Yolanda Cepeda, que logró convertirse en secretaria de Turismo, el resto de los legisladores tiene futuro incierto.
Rubén Guajardo Barrera y Aranza Puente, del PAN, se quedan tres años más, igual que Cuauhtli Badillo de Morena y Patricia Aradillas del Verde, el resto se irán a engrosar las filas del desempleo o a buscar una oportunidad en alguna delegación del nuevo gobierno federal a partir de octubre.
La intención de desaparecer el Interapas está cantada desde hace algunos años, pero tomó fuerza en las campañas electorales de este 2024.
El punto es que no hay capacidad en la Comisión Estatal del Agua para tomar la nueva responsabilidad. La CEA es una dependencia que ha brillado por su torpeza, ignorancia e ineptitud durante el gallardato, aunque de ahí salgan tontos ataques al alcalde capitalino pensando que, con ello, se resuelve el delicado entramado del abasto de agua en la zona metropolitana, el sistema de drenaje, el saneamiento y todo lo que ello implica.
Gabino Manzo Castrejón no tiene los alcances para atender la CEA, mucho menos para hacerse cargo, ahora, del Interapas. A Benjamín Pérez Álvarez le dio por hacer pleitos bobos en las juntas de gobierno del organismo y luego hacía publicar fotografías de sus recorridos por instalaciones diversas exigiendo que se privilegiara su figura y que, de ser posible, saliera bonito.
Las regañizas que le ponía el gobernador, Ricardo Gallardo, eran de antología; testigos aseguran que salía con los ojos rasados de lágrimas cada que había reuniones a las que era convocado.
De vuelta al punto; sí, los diputados y diputadas están dispuestas a dar el último estirón a sus honorabilidades confiando en que les caiga una lanita extra, una chamba bien pagada o, ya de jodido, la promesa de un huesito en el futuro.
El arroz ya casi está cocido, falta ver si no se les quema o se les pasa de agua ¡Miau!
Cavilaciones:
Primera: El gobernador Ricardo Gallardo adelantó que habrá más cambios en su gabinete porque detectó que varios de sus funcionarios están adoptando mañas de la Maldita Herencia ¡Válgame! Habría que revisar un poquito en el currículum de sus altos funcionarios para ver de dónde vienen.
Segunda: Carlitos Arreola, el presidente del Consejo de Morena, todavía no rinde protesta como diputado local plurinominal y ya anda bien mareado. Que alguien le informe al joven que hay frenos de mula ¡Mi mi miau!
Tercera: Que en el Altiplano, los empresarios están muy sentidos porque fueron convocados a una reunión con el secretario de Desarrollo Económico, Salvador González, pero el hombre nunca llegó y jamás se disculpó ¡Qué pasó con esos modales, señor secretario?
