Aunque mi Ama se enoje, en días pasados me escapé y anduve paseando en algunos tejados donde me enteré de muchas cosas que me dejaron con el ojo cuadrado, perplejo, iNpaKtaDo. Hay de todo, pero ya les iré contando, una a una, esas anécdotas. Algunas son muy mías, pero las que sirven para echar grilla, se las desmenuzaré, como la que tiene que ver con la reciente visita que hicieron los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador a las tierras del Potosí.
Según me contaron mis compitas, los vástagos del mandatario han realizado una especie de gira por varios estados de la República Mexicana para reunirse con los altos personajes de la política y del gremio empresarial con la supuesta intención de sólo saludar y ponerse a sus servicios, pero todos sabemos que no es así. Hay un trasfondo perverso que apesta a las tácticas rancias, las mismas que han empleado desde el inicio del gobierno de su padre para hacerse de negocios, favores y privilegios.
En el caso de San Luis Potosí, me contaron que buscaron audiencia con el gobernador y con varios de sus segundos para declararse inocentes de todas las acusaciones que les han imputado en los últimos años y negar los escándalos en que se han visto envueltos. Incluso, negaron tener una relación con el mirrey pendenciero de la Huasteca (ya saben quién es). ¿Quién podría creerles? ¿Por quién nos toman? El encuentro fue tranquilo y muy discreto.
Una segunda reunión se habría dado con líderes empresariales ante quienes se tiraron compulsivamente la piso suplicando piedad. Dijeron que eran rumores, que nada era cierto, que lo único que han hecho es respaldar a su padre en los proyectos que ha emprendido como parte de la Cuarta Transformación. Muchas lágrimas y harto blablablá. Quienes estuvieron presentes podrán darme la razón.
Así pasó y no hubo mayor novedad hasta que los locales comenzaron a analizar el tema; algunos no alcanzaron a dimensionar lo sucedido y compraron la idea de que, en efecto, los hijos de López Obrador son blancas palomitas. Yo, en cuanto me contaron, supuse un par de cosas. Elucubré.
Estos pequeñitos inocentes están buscando limpiar su nombre y hasta deslindarse del enorme peso que representa el apellido López. Quieren hacerse de nuevos aliados, mismos que están consiguiendo con engaños, porque es claro que la gira forma parte de una estrategia bien diseñada y bien planteada. Si me atrevo a pensar MÁS MAL, hasta creería que los hijos del presidente andan buscando espacios en el gabinete de Claudia y negocios en el nuevo gobierno. Saben o confían en que no les harán nada, pero quieren seguir mamando del erario, por eso la intentona de hacerse amigos de todos, para que, si sucede, nadie respingue.
Hay que estar pendientes y no duden de que el nombre de estos niñitos resuene fuerte en las tierras del Potosí.
Cavilaciones:
Primera: Con los nervios de su, ya muy cercana boda, la regidora del PAN, Maru Castro, se aventó un tirititito ayer en la Junta de Gobierno del Interapas. Tal vez el amor cerró su juicio y votó en contra de apoyar a usuarios con un programa social del organismo operador. Bien dicen que el amor inspira o @pnd@ja ¡Miau!
Segunda: Menudo lío hay en diversas escuelas que recibieron recursos del programa “La escuela es nuestra”. Resulta que los baños se rompieron en menos de un mes y las puertas, supuestamente de aluminio, no duraron ni una quincena. Las lámparas son defectuosas y hasta los cerrojos de las puertas chafearon. Alguien debe preocuparse por eso.
Tercera: Informantes de este felino aseguran que la clausura de dos consultorios médicos en la torre del Hospital Lomas no es más que una vulgar venganza de la secretaria de Salud porque, en el lugar, las clientas salían con más y mejores “defensas” que las que ella porta ¡Mi mi mi mi miau!