El sector magisterial ha sido poderoso durante décadas, pero, hay que decirlo, durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador perdió fuerza. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), por años, controló millonarios fondos con aportaciones de sus agremiados, se convirtió en un botín de profes mafiosos y grillos, mientras que la gran mayoría vivía penurias económicas, bajos salarios y corrupción en todos los niveles sindicales y ya ni se diga en la Secretaría de Educación, tanto la de los estados como la del Gobierno Federal.
En la era de la Cuarta Transformación, en San Luis Potosí, los maestros fueron reducidos a prácticamente nada, pero conservan una curul plurinominal que ganó, primero Martha Barajas, luego Claudia Tristán y ahora, en los hechos, Juan Carlos Bárcena, sin embargo, esta última, la gozará Crisógono Pérez, dirigente del partido Nueva Alianza, en un esfuerzo por cerrarle al paso a Crisógono Sánchez que, en algún tiempo, fue amo y señor de la sección 26 del SNTE y que en, el Gallardato, se mantiene contra viento y marea al frente del Sistema Educativo Estatal Regular, el SEER.
La jugada de los profes tiene una clara intención; saben que el PRIAN no les da mucha jugada, que el Partido Verde no tiene espacios para ellos y que, en MORENA los aceptan como aliados incómodos por su capacidad de organización y por los recursos que manejan.
Así las cosas, este par: Juan Carlos Bárcenas y Crisógono Pérez, traman un plan, una hábil visión de un futuro no muy lejano, para engancharse a algún proyecto político con destino a la elección de nuevo gobierno en el 2027.
Cavilaciones:
Primera: Las lluvias de los últimos días están dejando ver algunos defectos en obras municipales, estatales y federales. Que alguien haga algo ¡Miau!
Segunda: Dicen que fenómenos paranormales han sido detectados en las instalaciones de la Fiscalía General del Estado ¡Brrrrrrrrrrrrr!
Tercera: ¿Ya vieron el informe más reciente de Congreso Calificado? Puros reprobados y los que consiguen una calificación aprobatoria pues… sabemos que no son, precisamente, los más aplicados.