La fotografía realizada por exploradores y científicos es de las más espectaculares de la historia, su observación alcanza a capturar fenómenos nunca antes vistos y que el ojo humano, en ocasiones, es incapaz de ver, además, en épocas pasadas se lograron capturar imágenes tan increíbles que existe duda de su veracidad, aunque muchos expertos las dan como autenticas.
Tal es el caso del conocido como «Mono de Loys» (por François De Loys , fotógrafo que fotografió a la supuesta criatura en una expedición sudamericana en 1920 cerca del lago de Maracaibo).
Se trata de un ser antropomorfo, parado sobre dos patas y cubierto de pelo, pero sin cola. El palo que sujetaba su cabeza era necesario debido a la actitud peligrosamente hostil de la criatura, que los investigadores se vieron obligados a sacrificar.
La criatura medía aproximadamente 1,6 metros y su avistamiento sigue siendo, aún hoy, una de las cuestiones más controvertidas de la biología evolutiva.
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