Las lluvias que la depresión tropical Alberto trajo para San Luis Potosí resultaron ser un gran alivio frente a la sequía que el territorio potosino sufría. El agua llegó para llenar las presas, ríos y embalses. Este es el caso, en la capital potosina, del Lago Mayor del Parque Tangamanga I, que regresó a la vida luego de haberse secado y poner en peligro toda la flora de este pulmón.
Sin embargo, las lluvias también evidenciaron el cochinero que los potosinos hemos creado en la ciudad; si bien, la infraestructura hídrica de la ciudad aún necesita retoques, lo cierto es que las alcantarillas, colectores pluviales y ductos de drenaje se tapan por la basura que ciudadanos inconscientes tiran, pensando en que no pasará nada, pero luego se quejan cuando su carro se queda varado en los encharcamientos, así como cuando colapsa el tráfico por las inundaciones.
Esto se muestra de forma palpable con el caso del Lago Mayor, pues una vez que las lluvias lo revivieron, en las orillas de este cuerpo de agua se juntó toda la basura que los visitantes aventaron durante mucho tiempo. Bolsas de basura, platos desechables, botellas de todas las presentaciones y materiales también salieron a flote, dejando en vergüenza la civilidad de los potosinos.
Reportaje especial: Hugo Zapata y Paloma Hernández
Es cierto que el Parque Tangamanga tiene personal de limpieza que se encarga de la limpieza de las áreas y servicios, pero son insuficientes para recoger los desechos de los miles de visitantes que diariamente dejan un chiquero donde se les antoja hacer sus festejos, convivios y demás ocurrencias.
El otro grupo de usuarios, más conscientes, se preocupan por el exceso de basura en el Parque, afirman que esto no sólo afecta a la imagen de la zona, sino a la fauna que muchas veces termina por ingerir pedazos de plástico o unicel en la búsqueda de alimento; algunos de estos animales, por cierto, son perros abandonados por sus desatendidos dueños, provocando un descontrol entre las especies que habitan este lugar, pues los perros terminan por hacer jaurías que se convierten en un peligro para los demás animales y para los humanos.
Afirman que es necesario que la administración del Tangamanga haga algo al respecto con este problema ahora evidenciado por la llegada del agua. No obstante, también es necesario que la sociedad en general se haga responsable de los espacios naturales y públicos, dentro y fuera de los parques estatales, con el fin de preservar lo que nos queda de medio ambiente.
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