En un hallazgo que reescribe la historia de nuestro planeta, un equipo de científicos de la Universidad de Curtin, Australia, ha encontrado evidencia de que el agua dulce apareció en la Tierra hace unos 4.000 millones de años. Este descubrimiento sugiere que la presencia de agua dulce ocurrió 500 millones de años antes de lo que se pensaba previamente, prácticamente un abrir y cerrar de ojos en términos geológicos tras la formación del planeta.
Los investigadores dirigidos por Hamed Gamaleldien analizaron moléculas de oxígeno dentro de cristales de circón, que datan de hace 4.000 millones de años, en las formaciones rocosas de Jack Hills, Australia Occidental, una de las formaciones más antiguas conocidas en la Tierra. Utilizando la espectrometría de masas de iones secundarios, el equipo examinó pequeños granos de circón para identificar los isótopos de oxígeno presentes en el magma del que se formaron estos cristales. Con el avanzado instrumento CAMECA 1300HR3 en el Centro John de Laeter, realizaron más de 10.000 simulaciones de la composición del circón para llegar a sus conclusiones.
El análisis reveló proporciones específicas de isótopos más pesados y ligeros de oxígeno en los circones, lo que indica la presencia de una cantidad significativa de agua dulce. Aunque la mayoría de los circones presentaban valores isotópicos típicos del agua de mar, en dos periodos, hace 3.400 millones y 4.000 millones de años, se observó una mayor proporción de oxígeno más ligero. Estos hallazgos sugieren la existencia de agua dulce, lo que implica que debían existir parches de tierra en ese momento, ya que el agua dulce se forma a partir de la precipitación sobre tierra.
“Pudimos fechar los orígenes del ciclo hidrológico, esencial para sustentar la vida en nuestro planeta”, explicó Gamaleldien en la revista Nature Geoscience. La composición isotópica más ligera descubierta en los circones milenarios desafía la teoría existente de que la Tierra estuvo completamente cubierta por un océano hace 4.000 millones de años. Esto proporciona la evidencia más temprana de agua dulce y tierra firme, sugiriendo que las condiciones necesarias para la vida podrían haber existido mucho antes de lo que se pensaba, menos de 600 millones de años después de la formación de la Tierra.
Hugo Olierook, coautor del estudio, destacó que este hallazgo no solo arroja luz sobre la historia temprana de la Tierra, sino que también sugiere que la existencia de masas de tierra y agua dulce permitió que la vida floreciera en un tiempo relativamente corto. Los circones, conocidos por su resistencia, son fundamentales para comprender cuándo las placas continentales comenzaron a romper la superficie del océano global. Estos hallazgos sugieren que ya había suficiente tierra sobre el nivel del mar para sustentar un ciclo del agua hace 4.000 millones de años, proporcionando datos cruciales sobre la Tierra primitiva.
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