La tormenta solar que se desató el pasado viernes llegó a su fin este domingo en México, tras días en los que algunas regiones del país fueron testigos de impresionantes auroras boreales, según informó el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El Servicio de Clima Espacial México (Sciesmex) del instituto reportó en un comunicado que la tormenta geomagnética severa duró más de 39 horas, pero ahora está en fase de recuperación, caracterizada por una disminución gradual de su intensidad.
«Los índices geomagnéticos regionales de México (kmex) indican valores no perturbados desde hace más de nueve horas, por lo que podemos considerar que el evento de la tormenta geomagnética severa ha concluido», afirmó la institución.
Las condiciones geomagnéticas en el hemisferio norte han sido las más extremas registradas desde octubre de 2003, lo que propició que la aurora se viera en lugares donde es muy poco frecuente, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, en inglés).
La tormenta solar consiste en un fenómeno luminoso en las capas superiores de la atmósfera, con formas como arcos, bandas o cortinas, a una altitud de entre 90 y 150 kilómetros, producto de la interacción entre el viento solar y el campo magnético de la Tierra, según la Organización Meteorológica Mundial.
El Instituto de Geofísica de la UNAM advirtió que «existe la posibilidad de que llegue otra tormenta solar al entorno terrestre en las próximas horas», por lo que «la condición de tormenta geomagnética podría incrementar nuevamente su intensidad y extender su duración por algunas horas».
A pesar de ello, se matizó que la región activa AR3664, responsable de las tormentas solares que ocasionaron la tormenta geomagnética del 10 de mayo, se está aproximando al limbo solar.
«Se espera que las tormentas solares que pueda producir ahora tengan menores efectos en la Tierra», concluyó el comunicado.
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