El dengue y el chikungunya, dos enfermedades víricas transmitidas por mosquitos del género Aedes, presentan varias similitudes y diferencias importantes que es fundamental conocer para un diagnóstico adecuado.
Ambos virus, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son transmitidos principalmente por las hembras de los mosquitos Aedes aegypti y, en menor medida, Aedes albopictus. En las Américas, el Aedes aegypti es el principal vector de estas enfermedades.
El dengue, endémico en muchas regiones tropicales y subtropicales, causa fiebre alta, dolores de cabeza, articulares y musculares, náuseas, vómitos y erupciones cutáneas, según la OMS. En casos graves, puede provocar hemorragias y shock.
Por otro lado, el chikungunya, menos común, se caracteriza por fiebre alta y dolor intenso en las articulaciones de pies y manos. Además, puede causar dolor de cabeza, muscular y manchas rojas en la piel.
Según la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) de Brasil, la principal diferencia radica en la localización del dolor: mientras el chikungunya afecta predominantemente las articulaciones, el dengue causa dolor muscular.
Además, el chikungunya puede tener una duración de síntomas más prolongada, especialmente el dolor articular, que puede persistir durante varios meses.
Actualmente, el tratamiento para ambas enfermedades es similar, ya que no existen medicamentos específicos. Se recomienda reposo y una adecuada hidratación.
La Fundación Oswaldo Cruz enfatiza la importancia del diagnóstico a través de análisis de sangre, que ayudan a diferenciar los cuadros clínicos. Por ejemplo, la caída de plaquetas y leucopenia son más significativas en el dengue.
Es crucial estar atentos a los síntomas y buscar atención médica si se presentan, especialmente en áreas donde estas enfermedades son endémicas. Con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, se pueden reducir las complicaciones y mejorar el pronóstico para quienes las padecen.
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