La gripe aviar, una enfermedad infecciosa que ataca principalmente a las aves, está generando preocupación debido a su potencial para afectar también a los seres humanos, según reporta la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Originada por un virus perteneciente a la familia Orthomyxoviridae, la misma que causa la gripe común, la gripe aviar se clasifica en subtipos de baja o alta patogenicidad, siendo estos últimos los más preocupantes por su capacidad para propagarse rápidamente y causar alta mortalidad en diversas especies, incluidas las aves.
Aunque la mayoría de los virus de la gripe aviar no son zoonóticos, es decir, no se transmiten a los humanos, algunos subtipos altamente patógenos tienen el potencial de infectar a las personas y representan una amenaza para la salud pública, advierte la OPS.
La gripe aviar es una enfermedad de declaración obligatoria debido a su capacidad para infectar a diferentes especies de animales, incluyendo a los seres humanos. Además de las aves, puede afectar a mamíferos como ratas, gatos, perros, caballos, cerdos y otros, incluyendo a los mamíferos marinos.
La gripe aviar ingresa principalmente a través de las aves migratorias y se transmite al ser humano por contacto directo o indirecto con animales infectados o superficies contaminadas. Los síntomas en humanos pueden variar desde una infección leve de las vías respiratorias hasta complicaciones graves como neumonía y, en casos extremos, la muerte.
La detección temprana y la prevención son clave para controlar la propagación de la gripe aviar y proteger la salud pública. La vigilancia continua y las medidas de bioseguridad son fundamentales para minimizar los riesgos asociados con esta enfermedad infecciosa.
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