Laura Hernández Guzmán, investigadora del posgrado de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha dedicado más de 30 años al estudio de la ansiedad infantil, especialmente en el contexto latinoamericano, incluido México. Según sus investigaciones, los niños en esta región tienden a manifestar la ansiedad de manera diferente a los de otras partes del mundo: somatizan sus sentimientos, expresándolos a través de síntomas físicos como vómitos, náuseas o dolores de cabeza.
La académica ha observado que los bebés pueden protagonizar berrinches extremos en entornos hostiles, como cuando sus padres discuten. Este tipo de situaciones puede impactar profundamente en el desarrollo emocional de los niños, quienes pueden tener dificultades para procesar estas experiencias sin un adecuado apoyo por parte de sus cuidadores.
Hernández Guzmán destaca la importancia de prestar atención a las prácticas parentales, ya que estas pueden ser un factor desencadenante de la ansiedad en los niños. Sin embargo, señala que la detección de la ansiedad infantil puede ser complicada, ya que sus síntomas pueden pasar desapercibidos durante mucho tiempo.
La ansiedad infantil se diferencia del miedo en que es una respuesta desproporcionada ante situaciones que no representan un peligro real. A menudo, los niños experimentan fobias específicas, como el miedo a objetos, animales o situaciones concretas.
