La tasa de natalidad en China ha experimentado una significativa disminución en los últimos 60 años, una tendencia que podría parecer positiva para evitar la sobrepoblación. Sin embargo, este descenso plantea un gran desafío para la economía del gigante asiático.
El declive en los nacimientos aumenta el temor de que se produzca una «bomba de tiempo demográfica», según la denominan los expertos. Esto se debe a que la población en edad laboral se reduce, mientras que la proporción de personas mayores jubiladas aumenta.
La Academia de Ciencias Sociales de China (CASS) ha señalado que la reticencia de las mujeres a tener hijos representa un problema grave. Si la población en edad laboral no puede mantener adecuadamente a una gran población de ancianos, se podrían enfrentar consecuencias económicas y sociales desfavorables.
La política del «hijo único», impuesta en 1979 para frenar el crecimiento demográfico, se levantó en 2016, permitiendo a las parejas tener hasta dos hijos. A pesar de esto, la tasa de natalidad no ha logrado recuperarse por completo. Desde mayo de 2021, se permite tener tres hijos, pero las condiciones económicas y sociales desfavorables, como los elevados costos de crianza y la falta de servicios como guarderías, continúan desalentando la procreación.
Las causas del descenso de la población en China son multifacéticas. La política del «hijo único», a pesar de haber sido levantada, dejó un impacto duradero en las actitudes hacia la maternidad y la paternidad. Además, las políticas gubernamentales «incoherentes», que permiten tener más hijos pero no ofrecen las condiciones necesarias para criarlos adecuadamente, también contribuyen al declive demográfico.
La disminución de la población china podría tener implicaciones a largo plazo, ya que se prevé que India tome el primer puesto como el país más poblado en un futuro cercano. Las autoridades chinas están tomando medidas para abordar esta crisis demográfica, pero algunos expertos advierten que el crecimiento económico futuro deberá depender más de aumentar la productividad que de la demografía.
Aunque China busca optimizar sus políticas de apoyo a la natalidad, el desafío demográfico sigue siendo una preocupación importante que requerirá soluciones creativas y sostenibles para garantizar el futuro desarrollo del país.
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