El Dr. José Rafael Barboza Gudiño, investigador en el Instituto de Geología de la UASLP, y la M. en C. Erika Loyola Martínez, doctorante de la División de Geociencias Aplicadas del IPICYT, realizaron estudios para tener una aproximación de cómo era el clima en el centro y noreste de México, geográficamente en parte de los estados de Tamaulipas (Cañón de Peregrina y poniente de Ciudad Victoria), Nuevo León (Galeana, Sierra de Pablillo y Aramberri), Zacatecas (Caopas-Rodeo) y San Luis Potosí (Sierra de Catorce y Charcas).
El término para conocer el clima del pasado sería una reconstrucción del paleoclima, a través de diversos análisis de rocas y polen se puede tener una aproximación al clima y la vegetación hace millones de años.
Se analizaron rocas denominadas capas rojas de Formaciones La Boca (dataciones de circones son depósitos marinos poco profundos) y la Joya (en ambiente aluvial, fluvial y lagunares); en conjunto con otro análisis de nombre palinología, técnica referida al estudio del polen fósil, estos métodos permiten conocer de esos testigos del pasado en lo que se refiere a cambio climático, posición geográfica, latitud con respecto a lo que se observa en la actualidad ambientalmente y geológicamente hablando.
Así que imaginemos que en el Jurásico estamos hablando de mar y presencia de agua en esta ubicación de la Mesa Central de México hasta el estado de San Luis Potosí, por lo que esas capas rojas fueron erosionadas, con una fuerte oxidación, por ello su tonalidad rojiza, donde crecieron plantas dispersas con climas templados a cálidos (tropicales a subtropicales) desde Tamaulipas hasta la zona centro, zona altiplano y media de San Luis.
Entonces, ¿cómo era el clima? Tomando en cuenta que se presentaban altas temperaturas desde el Triásico y Jurásico Inferior, hace 250 millones de años, con intervalos notables de bajas temperaturas en el Jurásico – Cretácico, hace 60 millones de años, y en el Cretácico al Paleógeno, hace 56 millones de años, un incremento de temperaturas, el cambio climático de esta zona es concordante con el cambio climático global.
Otro de los métodos trabajados para conocer la fluctuación de temperaturas, fue el análisis de rocas isotópicos de carbono 13 y oxígeno 18 al igual que los estudios de palinología arrojan evidencia de clima tropical a subtropical por la identificación de granos de polen de especies como: Asteropollis sp y Ephedripites sp, este último es característico de climas áridos teniendo un registro abundante; la Algae (incertae sedis), especie que es de condiciones húmedas, probamente ocasionadas por inundaciones ocasionales o desbordes de ríos cercanos. Aunado a ello se obtuvieron registros de Pytiosporites sp., Plicatipollenites sp., y Clasopollis que son indicadores de coníferas de ambientes fríos.
Así que, imagina el paisaje hace millones de años viajando de Tamaulipas a Nuevo León con un clima que propició una vegetación de tropical a subtropical, y cómo se presentaba un cambio gradual de esa vegetación al acercarse a Zacatecas y a San Luis, en donde por la altura había coníferas de clima fresco o frío.
¿Te lo imaginaste? Es difícil hacerlo al ver ahora que en ese territorio, donde hubo vegetación exuberante hace millones de años, el clima es cálido y muy seco, con una vegetación de un semidesierto.