Un reciente estudio ha puesto la mira en las profundidades del océano en busca de posibles soluciones para combatir el cáncer. Investigadores de Alemania y Rusia han descubierto que las esponjas marinas podrían ser portadoras de una molécula bioactiva con propiedades para eliminar células cancerosas resistentes, incluso aquellas que sobreviven a la quimioterapia.
La molécula en cuestión, conocida como 3,10-dibromofascaplysin, se extrae de la especie Fascaplysinopsis reticulata y se ha identificado como un compuesto con citotóxicos capaces de inducir la apoptosis en células cancerosas. Este proceso, que antes se consideraba poco efectivo en el tratamiento del cáncer, ahora podría ser clave en la lucha contra esta enfermedad.
Sin embargo, el uso de este compuesto sintético plantea desafíos, ya que también podría afectar a células sanas del cuerpo humano. Por ello, se están preparando pruebas para enfocar su acción únicamente en células malignas, minimizando así los efectos secundarios.
Este no es el primer caso en el que las esponjas marinas han sido objeto de estudio para combatir el cáncer. En el pasado, la estructura biológica de estos organismos marinos ha sido aprovechada para el desarrollo de medicamentos. Por ejemplo, en 2019, científicos de la Universidad de Harvard presentaron el fármaco E7130, basado en la síntesis de la molécula halicondrina B presente en las esponjas marinas. Aunque este medicamento aún no está disponible para su venta, estudios en ratones han demostrado su eficacia no solo en la eliminación de células tumorales, sino también en la inhibición de células que podrían representar un riesgo futuro para el organismo.
Estos hallazgos ofrecen nuevas perspectivas en la búsqueda de tratamientos más efectivos y menos invasivos para combatir el cáncer, alimentando la esperanza de encontrar un medicamento que pueda marcar un hito en la lucha contra esta enfermedad devastadora.
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