Son tres los perfiles que han levantado la mano para buscar la rectoría de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí para los próximos cuatro años, tres perfiles muy diferentes entre sí, perfiles que deberán convencer al Consejo Universitario de que son la mejor opción si es que quieren darle el impulso que le falta a esta casa de estudios y, sobre todo, para defender su autonomía ante los embates que han surgido desde diferentes flancos en los últimos meses.
El arquitecto Pablo Nava Ortiz, catedrático de la Facultad del Hábitat, levantó la mano vendiéndose como partidario de la transparencia y de todas las causas que interesen a los estudiantes. Ha sido funcionario público en los Ayuntamientos de la Capital y de Moctezuma, además del Gobierno del Estado y cuenta también con un amplio trabajo en el sector privado, pero desconoce mucho de la dinámica universitaria, tanto que su proyecto carece de seriedad y formalidad para ser tomado en consideración.
La doctora Guadalupe Briano Turrent también anunció sus intenciones de buscar la rectoría. Es una mujer experimentada y con una trayectoria importante en el campo de la docencia y la investigación dentro de la misma UASLP. Se presenta como la opción que puede convertirse en la primera mujer rectora de la Uni, pero al mismo tiempo se dice víctima de la violencia que impera dentro de la institución. Tuvo un mal arranque al declarar que, de llegar al cargo, promovería la reducción salarial para directivos y catedráticos, justamente a quienes necesita para llegar a la meta que está buscando. «Si me ayudas a ganar, te bajo el sueldo».
El tercero de los perfiles es el actual rector Alejando Javier Zermeño Guerra, quien, pareciera, la tiene fácil, pero no es así. Si bien, tendría las condiciones para reelegirse y dar continuación a su proyecto, lo cierto es que hay varios pendientes que no ha podido resolver y que podrían pesar a la hora de la elección, pero, sin duda, es quien más conoce y entiende de la vida universitaria, al menos de los tres que han manifestado sus intenciones de llegar a la rectoría. A Zermeño, como plus, se le puede atribuir la defensa férrea que ha encabezado de la autonomía universitaria ante los jaloneos que se han dado desde diferentes niveles de gobierno.
Dicen que hay más interesados, pero no han salido a la luz. Podría ser que en los próximos días se den a conocer, total, aún falta tiempo. Se estima que la elección se lleve a cabo a mediados del mes de abril. Es decir, faltan casi dos meses. En este lapso pueden pasar muchas cosas.
Cavilaciones:
Primera: Son muchos los rumores que aseguran que Juan Carlos Valladares será el candidato a diputado federal de la coalición Sigamos Haciendo Historia por el Distrito V. Ello, lo convertiría en el rival de David Azuara. Qué interesante se pone el asunto, aunque vuelve a quedar vacante la posición del Senado que, supuestamente, ocuparía con Ruth González. Al mismo tiempo, se dice que Gilberto Hernández Villafuerte buscará la reelección en el Distrito VI, de ser así, tiene casi el triunfo asegurado.
Segunda: El PRI entregó este lunes las constancias de candidatos a aquellos que tendrán la (buena o mala) suerte de representar al tricolor en el proceso electoral. La mayoría de ellos como parte de la coalición Fuerza y Corazón Por San Luis Potosí. Hubo de todo, desde alcaldes que buscan la reelección hasta desconocidos que, si bien, tienen trabajo de calle, desconocen mucho de las perversidades que se viven en la política. Dios los agarre confesados.
Tercera: Quien se empeña en hacer las cosas mal es el PAN, miren que abrirle las puertas al impresentable José Luis Romero Calzada, El Tekmol, para buscar la presidencia municipal de Ciudad Valles… Qué desesperados deben de estar. Por cierto, dicen que aún no lo presentan ante el PRI. A ver cómo le hacen para que amarre la coalición y que no se termine de romper el pacto que pende de un hilo.
